martes, 3 de julio de 2012

Amantes de mis cuentos: Sirenas







Para aprender a rezar no hay como viajar por mar.
Proverbio inglés. 




Estoy desquiciada. Con lo que me ha costado conseguir a mi hombre. Él de nacimiento y como hobby es… el perfecto mujeriego. Como todas tenemos lo mismo, aunque a unas les luce más que a otras, utilicé la inteligencia… y me llevé el gato al agua. 

Le encanta el mar. Tiene una zodiac y vamos de Santa Pola hasta la isla de Tabarca. Nos dicen que con el motor de la zodiac es una locura pero él es así. Un temerario. Me subo al bote con el corazón en la garganta porque soy de secano, ni sé nadar, ni llevar una barca…, el pescado me da alergia.

Durante meses ninguna nube oteó en nuestro horizonte. La soledad de la barca nos unía lo que nunca pude imaginar. Pescaba, se daba un chapuzón y volvía a mí, que permanecía leyendo en aquella chalupa.

Una tarde nos quedamos los dos ensimismados con una puesta de sol maravillosa, las manos unidas, mi cabeza sobre su hombro y de fondo… un canto melodioso. Nos recreamos en el sonido hasta que sentimos un peso en el lateral. Miramos a la vez y nos encontramos con una sonrisa preciosa y un busto de mujer meciéndose entre las olas. Su cola de pez se bamboleaba a un ritmo hipnótico. La melodía seguía acariciando nuestros oídos. Cerré los ojos y los volví a abrir dos veces porque no me creía lo que estaba viendo.  

Lo que es la aparición pasaba de mí. Solo tenía ojos para él y él no apartaba de ella su mirada. Sus ojos le decían lo que nunca me habían dicho a mí.

Aquel ser mágico con su mirada y su sonrisa le prometía un mundo maravilloso. La atracción se hacía patente. Mi hombre se levantó haciendo que la barca se moviera con gran peligro y sin previo aviso se hundió en el Mediterráneo.

Sigo sin reaccionar. La sirena desapareció con él… y yo estoy mar adentro. 




Publicado en: 
Futuro Imperfecto.Colección Nuevos Narradores nº 6.Edición de Clara Obligado.Madrid 2012
Revista Groenlandia nº 16, España, 2013 


© Marieta Alonso Más

4 comentarios:

  1. Puedo leer tu cuento mil veces, que otras tantas me parecerá precioso.

    Enhorabuena!!!

    Carmen Dorado

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    1. Eres un cielo. Por si las moscas no leas el cuento mil veces no sea que te conviertas en una sirena y le hagas la faena a alguien. Besos. Marieta

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  2. Este cuento, querida Marieta, es uno de mis favoritos. Y lo que más me gusta: el tono y el soberbio final. Espero que el veranito te inspire para que nos des más de esto. Besazos *=)

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  3. Eres un sol tan grande y tan luminoso que con tu calor hasta las hormigas trabajan mucho más de lo que lo hacen. Un beso. Marieta

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