jueves, 8 de noviembre de 2012

Sor Juana Inés de la Cruz: Hombres necios


Sor Juana Inés de la Cruz


(San Miguel Neplantla ¿1648-1651?-Ciudad de México 1695)


Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia,
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que falta de consejo,
el mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?

más entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos enhorabuena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada,
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?

¿O cual es más de culpar,
aunque cualquier mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?

Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar
y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.




En esta sátira filosófica la autora barroca arguye de inconsecuentes el gusto y la censura de los hombres que en las mujeres acusan lo que causan.
Y lo hace a través de una serie de dieciséis redondillas, combinación estrófica de cuatro versos octosílabos con rima “abba” y encabalgamientos suaves.
Tais: cortesana ateniense famosa por posar desnuda para Fidias y para Apeles.
Lucrecia: romana que se clavó un puñal en el pecho cuando se enteró de que el hombre con el que se había acostado no era su marido.
Hoy se discute sobre el presunto feminismo de esa monja criolla mejicana.

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