jueves, 20 de diciembre de 2012

Alejandro Chanes Cardiel: Un hombre tonto es fácil de encontrar


UN HOMBRE TONTO ES FACIL DE ENCONTRAR


Sinesio salió del portal y fue rápido hasta el paso de peatones.  El semáforo estaba rojo. A su lado, un hombre con gafas oscuras, golpeaba rítmicamente el suelo con un bastón.

La luz se puso verde y Sinesio no se lo pensó dos veces. Agarrando al hombre por el brazo trataba de conducirlo hasta el otro lado. De la boca del viandante salían sonidos de difícil comprensión y el arrastrar de una pierna dificultaba su marcha.

“Vamos, vamos –le dijo Sinesio- dese prisa porque se nos va a cerrar el disco”. Y a trancas y barrancas, llegaron hasta la acera, justo cuando el semáforo pasó a rojo.

Sinesio, satisfecho de su buena obra, le dio unas palmaditas y se fue silbando. Y allí quedó el hombre. Su rostro, en un instante, iba adquiriendo un color granate, las venas de las sienes se le marcaron con nitidez y un brillo de furia afloró a los ojos. Sus manos blandían el bastón amenazante, mientras que en su interior lanzaba maldiciones:

“Maldito dentista y su anestesia que me ha dejado sin voz, maldita sea mi cojera y sobre todo, maldito sea el demente que, me ha obligado a cruzar la calle y me ha hecho perder el último autobús a mi pueblo.

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Un hombre tonto es fácil de encontrar por Alejandro Chanes

1 comentario:

  1. Qué bueno Alejandro!!! Me encanta este cuento y todos los que escribes.

    Carmen Dorado

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