viernes, 1 de febrero de 2013

Amantes de mis cuentos: Secretos de familia


Introduje en el ordenador los datos de los certificados de nacimientos, bautizos y defunciones que mi padre, aficionado a la genealogía, me había colocado con tanto esmero en mi mesa de trabajo. Luego saqué fotocopias para revisar errores. Todo fue bien hasta llegar a la hoja de mi tatarabuelo materno: Estanislao.
Traté de pasar la hoja para seguir revisando y me fue imposible. Algo inexplicable. Tomaba la hoja con mi mano derecha y al tratar de ponerla encima de las hojas a mi izquierda se daba la vuelta de nuevo a la derecha.
La hoja tenía vida propia. La doblé y se desdoblaba. La ponía boca abajo y se volvía boca arriba. Me fui a dar un paseo. Una cosa es ayudar al viejo, a mi padre, que no tiene ni pajolera idea de informática y otra jugar con fantasmas.
En la calle sentía una presencia que de vez en cuando me rozaba. Y estaba solo. En un momento determinado una mano hizo que bajara mi cabeza y pudiera evitar un bache que, de no haberlo visto, me hubiese podido romper una pierna.
Un poco nervioso me paré ante un escaparate y en plena luna apareció el nombre de Rodrigo moviéndose de forma intermitente.
Harto de tonterías me di la vuelta y dije

¡Basta ya!
No había nadie y me sentí ridículo. Seguí andando con mi cabeza hecha un torbellino. Para calmarme, me fui a sentar en un banco y así echar una calada, y me dejé caer sobre alguien que se había adelantado. Me llené de paciencia y le pregunté al espíritu en un susurro:

¿Quién eres?

Soy Estanislao  respondió.

¿Mi tatarabuelo?

Creo que sí.

Vaya susto que me has dado. Pensé que eras un extraño. ¿Qué quieres decir con “creo que sí”?

Es una larga historia.
Comenzó a llover, dejamos el banco y entramos en una cafetería que a esas horas se encontraba desierta.
Al parecer, mi tatarabuelo tenía serias dudas de que mi bisabuelo fuera hijo suyo. Pensaba que mi tatarabuela, su mujer, le había engañado con su mejor amigo. Él estaba al tanto de todos los adelantos y tenía conocimiento de lo que, con un simple análisis, se podía averiguar, y pretendía que yo me hiciera las pruebas y luego moviese papeles para desenterrar a su mejor amigo, o a él, el que fuera más fácil, para comprobar cual ADN seguía vigente y salir de dudas. A mí eso de desenterrar muertos me daba mal rollo.

Vamos a ver, tatara.

Prefiero que me llames Estanislao.

Bueno. Esti.

Estanislao.

Vale. Supón que sea cierto que la parienta te la jugó. ¿No te parece que poco remedio puedes ponerle a eso? Total, qué más da, si fue tu mejor amigo pues así lo has compartido todo con él. No me vengas con egoísmos baratos. ¿Tú le fuiste fiel a tu mujer? No, pues eso. De qué te quejas. Sabes lo que es la reciprocidad. Si has sido capaz de creer en una técnica moderna, ¿por qué no intentas cambiar de mentalidad? Sé feliz, tío. Perdón, Estanislao, ¿o es que te excita jugar a la desdicha? Porque, a ver, ahora que todos estáis tiesos ¿por qué no se lo preguntas directamente a tu mujer o a tu amigo? ¿Sigues ahí, Estanislao?

Sí, aquí estoy. No sabía a ciencia cierta lo que era el conflicto generacional, pero lo voy entendiendo. El honor para ti es una palabra vana. Me parece una falta total de respeto el lenguaje que utilizas. Te miro a la cara por no ver esos pelos largos y los pendientes que gastas. Para ti todo es permisible. Ya te he visto retozando con tu chica en el parque porque piensas que el amor es libre. No me opongo a que sea libre pero hijo, ¡en público!

Estanislao, que estés aquí es una pasada, cómo mola hablar contigo. A mí me la trae floja si desciendo de ti o de tu amigo. Perdona, intentaré utilizar un mejor lenguaje. ¿Sabes? Lo que me molesta es no poder comentar con nadie esta conversación porque van a pensar que me he pinchao. Date un garbeo de vez en cuando, así hablamos y de paso me entero de los secretos de la familia. ¿Qué te parece?

¡Qué eres el vivo retrato de mi amigo!



© Marieta Alonso Más

6 comentarios:

  1. Ya me he leído los tres. Están muy bien. El gue máseha gustado es el de secretos de familia.

    Un beso, y sigue escribiendo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por esos ánimos. Eres el mejor. Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Muy divertido y con final sorprendente. Como a mí me gustan.

    ResponderEliminar
  4. Creo que te voy a nombrar mi "fans" número uno. Besos.

    ResponderEliminar
  5. Me gusta mucho hasta la mitad (aunque no haría falta que me dijeras que la hoja tenía vida propia porque ya me lo habías demostrado). Esa mitad evitaría terminarla con "Es una larga historia" (creo que buscaría una frase menos hecha, porque en realidad es una historia muy breve de sospecha). A partir de ahí creo que hay pocos hechos y demasiada intervención del narrador protagonista. Sobran palabras. Se pierde la agilidad de la primera parte de la historia. La petición de búsqueda del ADN es larga. La reacción de Rodrigo con..."Vamos a ver tatara" y la primera respuesta del abuelo ya han hecho gracia; yo no insistiría más porque fuerzas la converdación y ya no me río. Creo que reescribiría la segunda mitad porque conociéndote, sé que podrías sacarle mucho más jugo literario.
    Tu estilo me sigue encantando y divirtiendo. Te doy las gracias de nuevo, por los ratos que paso leyéndote.
    *=)

    ResponderEliminar
  6. Gracias chiquilla. Las críticas constructivas siempre son de agradecer. Trabajaré en el texto. Un beso.

    ResponderEliminar