miércoles, 13 de febrero de 2013

Paseos por Madrid: La calle del Sacramento

Calle del Sacramento

Calle silenciosa, de inconfundible trazado medieval, con más leyendas que casas. Toma su nombre del desaparecido Convento del Santísimo Sacramento (1615). De este convento solo queda la iglesia, hoy Catedral Arzobispal Castrense.
Catedral Arzobispal Castrense

Fue fundado por Cristóbal Gómez de Sandoval y de la Cerda, primer duque de Uceda, hijo de Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, I duque de Lerma y que sucedió a su padre, como valido de Felipe III. Su Palacio hoy ubica a Capitanía General y al Consejo de Estado frente a la que fue Iglesia de Santa María la Mayor.
El duque de Lerma tuvo problemas relacionados con la corrupción que se resolvieron, cuando éste obtuvo el capelo cardenalicio de Roma. Esto dio lugar, cuando se vistió de cardenal, a la coplilla que decía:                        

Para no morir ahorcado,
el mayor ladrón del Reino,
se vistió de colorado.

Este hermoso Palacio del duque de Uceda es del siglo XVII y es la típica construcción de los Austrias. Las dos grandes puertas daban entrada a zaguanes para que pudiesen entrar los carros por una y salir por otra. Los grandes balcones pertenecen a los salones principales. Los enormes escudos en piedra de Colmenar dan idea del deseo de ostentación de su propietario. En la parte baja se ubicaba la cocina, las despensas y los aposentos de la guardia. En la segunda planta, salones y biblioteca y en la tercera los dormitorios.
En la llamada “Casa de la Cruz de Palo”, vivía un matrimonio musulmán, cuya joven esposa mantenía amores secretos con un caballero cristiano. Cierto día el caballero desapareció. Cuando la joven quedó viuda desveló el secreto guardado tan celosamente. Su marido la había sorprendido con su amante y le había matado, enterrándolo en el tejado de su casa. La viuda se convirtió al cristianismo y mandó levantar una cruz de madera en el tejado, la cual, según se dice, se reflejaba cada atardecer en la pared lateral de la Casa de Cisneros.
También se cuenta que, a finales del siglo XVIII, época del reinado de Carlos III, el guardia de corps, don Juan de Echenique, una noche paseando por esta calle se encontró con una dama muy hermosa que le chistó e invitó a subir a su casa. Y así lo hizo. Dejemos a su imaginación lo que pasó... Tras unas horas de pasión y llegada la hora del cambio de guardia, el soldado se despidió, por el camino se dio cuenta que había dejado su espadín y decidió regresar a buscarla. No puede entrar. Está todo cerrado. Da fuertes aldabonazos y un vecino le pregunta qué hace. Le cuenta su historia y el hombre asombrado le dice que allí no vivía nadie desde hacía medio siglo. Abrió la puerta a la fuerza y cuando entró todo era polvo y telarañas en lo que horas antes era lujo y esplendor. En el dormitorio estaba su espada, sobre una silla, al lado de un retrato envejecido y roto de la mujer que había yacido en sus brazos. Juan de Echenique decide ingresar en un convento franciscano. En la capilla del Cristo de la Fe, de los guardias de Corps se guardó durante mucho tiempo su espadín.
Otra leyenda habla de esta casa como “La casa de los gatos”. Unas ancianas los alimentaban. Al notar los vecinos que hacía días que no se veían a las ancianas, dieron parte  a la Justicia. Un alguacil abrió la puerta de una patada y se encontraron a los gatos que las estaban devorando. 
La casa fue derribada en 1972 y hoy ese espacio entre solar y plazuela, lo ocupa un aparcamiento subterráneo construido en 1991 por Salvador Pérez Arroyo, en cuya parte superior hay una fuente en cascada. 
 Por esta calle suele pasear el fantasma de Emilio Carrere, con su capa y su pipa inconfundibles, que va diciendo:
"La calle del Sacramento
duerme en un encantamiento secular.
Con sus vetustas mansiones,
sus palacios infanzones,
y sus amables rincones
tan dulces para soñar..."




Fuentes:
Azorín, Francisco: Leyendas y Anécdotas del viejo Madrid. Avapiés
Corral, José del: Curiosidades de Madrid. El País Aguilar 

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