lunes, 22 de julio de 2013

Paseos por Madrid: Iglesia de San Pedro el Viejo

Iglesia San Pedro el Viejo
Madrid


Considerada Bien de Interés Cultural desde 1979. Se halla situada en una rinconada entre las calles del Nuncio y la Costanilla de San Pedro.

Es la tercera entre las diez de las parroquias existentes en Madrid en los comienzos del siglo XIII, ya que se cita en el Fuero de 1202. Aunque se cree que la iglesia que cita el Fuero es otra anterior.

Al parecer la parroquia fue reconstruida por el rey Alfonso XI para conmemorar la toma de Algeciras en el año 1345. A principios del siglo XVII, reinando Felipe III, el templo gozaba del título de “real”, por eso inicialmente se llamaba San Pedro el Real, pero perdió esta denominación en 1891, cuando dejó de ser parroquia a favor de la Iglesia de la Paloma. En su fachada norte y sur se puede apreciar unos pequeños escudos reales.

Una de las primeras misiones de la parroquia fue velar por la distribución de sus aguas, que se vertían por los barrancos de la calle Segovia.

La parte más antigua conservada es la torre del siglo XIV, coincidiendo con la reconstrucción de Alfonso XI. Sin lugar a dudas su elemento arquitectónico más destacado. Es un campanario mudéjar del foco toledano, siendo muy esbelta y con fábrica íntegra de ladrillo. Su ornamentación es muy sencilla, con aspilleras inscritas en arquitos ciegos de herradura abarcados a su vez por el clásico arrabá (adorno rectangular que suele circunscribir el arco de las puertas y ventanas de estilo árabe). Estas ventanitas una por cada cara, se disponen a diferente altura, con objeto de ir procurando luz interior según se asciende. Dos impostas con friso intermedio liso dan paso al piso de campanas, que se reparte en dos ventanales de medio punto, por cada cara, de tradición románica levemente abocinados que se decoran finalmente por una línea de cuñas de ladrillo. El tejado, aunque rehecho, puede seguir la disposición primitiva, pero en el Plano de Texeira aparece rematada por un chapitel de la época de los Austrias.

La torre es origen de leyendas. Se dice que cuando llevaron las campanas para su instalación se comprobó que no cabían por las escaleras de acceso a la torre. Se probó varias veces y nada. Como se hacía de noche se dejó para el día siguiente. Al llegar los obreros temprano en la mañana se encontraron colocadas las campanas en el campanario, sin que se pudiera averiguar quién las había subido hasta allí.

La parroquia fue sede de dos antiguas hermandades. La hoy extinguida cofradía del Cristo de las Lluvias, que según la leyenda con el repicar de las campanas conseguía atraer la ansiada lluvia o alejaba las tormentas. Madrid, aunque nos cuesta creerlo fue un pueblo eminentemente labriego, así que para los campesinos alejar aquellas nubes cargadas de pedriscos era tan necesario, que pedían que sonaran las campanas a cambio de algunos dineros, cuando se aproximaban las nubes. El campanero con ese sobresueldo se permitió adquirir unas tierras al otro lado del río Manzanares. La otra hermandad era la congregación de sacerdotes naturales de Madrid. Éstos a finales del siglo XIX construyeron casa, hospital y templo en el tramo nuevo de la calle San Bernardo.

Otra leyenda sobre las campanas nos dice que a veces tocaban sin que nadie manejara sus gruesas cuerdas. Así ocurrió cuando Felipe II murió en El Escorial; cuando el futuro Carlos I de Inglaterra abandonó la Corte sin haber conseguido la mano de la infanta María y se fue a su tierra, donde le aguardaba el cadalso; cuando la invasión de los franceses; cuando las epidemias de peste que asolaron Madrid. Se podría decir que las campanas sonaban como un aviso trágico o como un lamento sordo

Esta torre más la de San Nicolás son dos de las escasos vestigios madrileños que nos hablan de una villa lejana y antigua, aquella que sería, el Madrid de las torres mil.

En San Pedro el Viejo se venera la imagen de Jesús el Pobre, llamado así para diferenciarlo de Jesús el Rico o de Medinacelli. Su autor fue Juan de Astorga que la esculpió en Sevilla a finales del siglo XVIII. En 1812, la duquesa viuda de Santiesteban y Medinacelli, quien la conservaba en el palacio de la Casa de Pilatos, la regaló a esta parroquia.

El templo posee dos puertas, la primera hoy condenada, en parte por su desnivel respecto a la Costanilla de San Pedro se encuentra en la zona de los pies, junto a la torre. Presenta columnas muy erosionadas que son del siglo XVI y cuyos capiteles recuerdan los alcarreños del círculo de Lorenzo Vázquez. La segunda puerta se abre al sur, dando paso a la nave de la Epístola.

En el interior apenas pueden verse restos medievales. El retablo mayor es de finales del siglo XVII, obra de Sebastián de Benavente. A los dos lados del retablo mayor aún se conservan dos imágenes de San Pedro y San Pablo, únicas obras conservadas del imaginero burgalés Manuel Gutiérrez que trabajó en Madrid a mediados del siglo XVIII.

La capilla de la cabecera conserva su bóveda gótica de nervaduras, del siglo XV. Fue una de las dos capillas que poseyeron los Lujanes. La otra capilla tiene un ábside semicircular visible desde el exterior, aquí estuvo el sepulcro de Fray Antonio de Luján, obispo de Mondoñedo, que se conserva actualmente en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.

Torre mudéjar de la Iglesia de San Pedro el Viejo

Cada Jueves Santo sale Jesús el Pobre junto con María Santísima del Dulce Nombre, es una de las procesiones madrileñas más multitudinarias. Los anderos que cargan con sendos pasos deben arrastrarse para cruzar el dintel de la puerta.







Fuentes:
Hidalgo Monteagudo, Ramón: Iglesias antiguas madrileñas. Ediciones La Librería.
Azorín, Francisco: Leyendas y Anécdotas del viejo Madrid. Avapies.
Corral, José del: Curiosidades de Madrid. El País Aguilar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario