lunes, 7 de octubre de 2013

Nuevo Baztán

Retrato de Juan de Goyeneche,
de Miguel Jacinto Meléndez




“Don Juan de Goyeneche, Señor de la Villa de La Olmeda de este Arzobispado, ha fundado a sus propias expensas un lugar en un despoblado en el término y jurisdicción de la referida Villa de La Olmeda, llamado Nuevo Baztán, que tendrá ochenta casas, y más de quinientas personas, donde ha puesto fábricas de cristales, sombreros, pieles y telares de seda y lana, conduciendo maestros estrangeros, que enseñen a los naturales, con notable utilidad de aquella tierra, y con crecidas expensas suyas, plantando en sus cercanías olivas y viñas, y haziendo fructuoso el campo, que antes era inútil (…)”.




Esta población fue creada en el siglo XVIII siendo considerada en su época una obra “futurista” de José de Churriguera. Es en el reinado de Carlos II, el Hechizado, cuando se da un caso insólito en toda Europa, “la creación de un pueblo”, llevada a cabo por un caballero de noble familia vasca, llamado Juan de Goyeneche y Gastón, Ministro de Hacienda con Carlos II y con su sucesor Felipe V, el primer rey Borbón.

A nivel histórico se crea en un tiempo de transición entre dinastías monárquicas, desde un punto de vista arquitectónico es un ejemplo del estilo barroco y desde el urbanístico es un primer ensayo de pueblo industrial.

El señor de Goyeneche, entre otras prebendas, gozaba del estanco de la sal en Madrid, lo que le hizo rico. Otra de las inversiones de su fortuna, que llegó a ser superior a la Real, fue la publicación a sus expensas de “La Gaceta”, es decir, la información a todo el país.

Seguidor del colbertismo, como se denomina al pensamiento político-económico de Jean-Baptiste Colbert, ministro del rey francés Luis XIV, concibió la idea de hacer una población donde se reuniesen artesanos y trabajadores de todos los oficios y adelantándose a su época, crea un conjunto de edificios estructurados en torno a un objetivo de producción industrial: La fábrica de vidrios finos.

Él había nacido en un valle llamado Baztán, bañado por el río Bidasoa, rodeado de montañas y con una gran población. Por ello, se trajo artesanos del esparto, el vidrio y la cerámica de aquel valle, bastante empobrecido y eligió para el nuevo asentamiento un lugar cercano a Madrid, pidiendo permiso al rey para la creación del Nuevo Baztán, entre 1708 y 1710. También se dice que el pueblo se fundó con agotes traídos por Goyeneche procedentes de Bozate, empleándolos como mano de obra barata en la construcción de las casas y como administradores y escribientes, debido a sus conocimientos del francés. Es posible aunque no hay constancia de apellidos agotes en el censo de población de 1722.

Para las obras buscó a un arquitecto capaz de crear todo un pueblo contratando para ello al más grande arquitecto de su época: José Benito Churriguera, nacido en 1665 en Salamanca, hijo de una dinastía de escultores y arquitectos, quien implantó su propia personalidad dentro del estilo barroco dando lugar a un nuevo estilo muy decorativo, el churrigueresco.

Nuevo Baztán estaba rodeado de grandes bosques de acebo. Las calles trazadas a cordel establecen como desarrollo urbano la cuadrícula, tal y como los conquistadores españoles estaban realizando en las nuevas ciudades del Nuevo Mundo.

Churriguera diseña el conjunto en tres secciones, por una parte el sector palacio-iglesia-plaza cuadrangular, por otro el conjunto de viviendas y tercero las fábricas. 

De las tres plazas que hay, la cuadrada estaba destinada al juego de toros y se cerraba con carros de labor. Las casas están construidas con lascas de pedernal y adobe. Las calles del pueblo son amplias más que lo eran las de Madrid en aquel entonces.

El recinto palaciego y la iglesia por sus trazas armónicas y emplazamiento contiguo conforman una estructura integrada.
Iglesia de San Francisco Javier


Iglesia de San Francisco Javier.
Su fachada está compuesta por una portada y dos torres que doblan la altura del edificio, rematadas por chapiteles de pizarra a cuatro aguas, en estilo churrigueresco, muy sobrio. La portada presenta estructura de entablamento. Se sostiene sobre cuatro columnas entre las cuales se sitúa un arco de medio punto. Sobre la puerta de la iglesia un cestillo de flores y en hornacina la imagen de San Francisco Javier, a cuyo santo está dedicada la iglesia. El coro está comunicado interiormente con el palacio por lo que, los señores de Nuevo Baztán, tenían acceso directo a la misma desde su casa.
En el altar mayor un retablo en mármol negro y rojo adornado desde la cúpula con un dosel de yeso decorado de oro con angelotes, obra del propio Churriguera. En el centro del retablo, San Francisco Javier, el evangelizador de la India, y en la parte superior el mismo santo, bautizando a un indio. Los mármoles y jaspes proceden de Palancar de Cotillas (Granada).
En una de las capillas laterales se puede contemplar un conjunto de marfiles. Marfil es la materia dura, compacta y blanca de la que están formados los dientes de los vertebrados como el elefante, la morsa, el hipopótamo, el mamut…, la corona está cubierta por el esmalte y la raíz por cemento. El marfil está vivo por un tiempo indefinido, muriendo cuando se empieza a poner amarillento y a abrirse en líneas verticales. Salomón tenía un trono de marfil incrustado de oro. Fidias hizo las famosas estatuas gigantes de Atenea en el Partenón y de Zeus. También las puertas del templo de Santa Sofía en Constantinopla estaban adornadas con bajorrelieves de esa materia. Siempre se ha utilizado en arte y joyería y antes de la aparición del plástico se usaba para las teclas de los pianos y bolas de billar, botones, etc. En España se estableció el primer taller de marfiles en León.
Siguiendo con las capillas laterales hay una imagen románica de la Virgen sin corona; a la derecha, la Sagrada Familia, obra que proviene de las islas Filipinas. Al otro lado una figura de Cristo. En la parte superior un Cristo crucificado en una sola pieza de cuerno presentando el cuerpo la torsión característica del mismo, los brazos son añadidos.
La fiesta de la “Javierada” es el segundo domingo del mes de marzo.


Palacio de Juan de Goyeneche
Palacio de Goyeneche.
Es de planta rectangular, de dos alturas y cornisa plana. Flanqueada en su esquina noroeste por un torreón cuadrangular dispuesto a cuatro alturas y rematado por una balaustrada de piedra, con cornisa saliente, acroteras y adornos de bola. La acrotera o acroteria es el pedestal, generalmente ornamentado, dispuesto en cada extremo y en la cúspide de un frontón, por extensión también designa a los propios adornos, pueden ser estatuas, estatuillas de piedra, vasos de terracota, etc. En la arquitectura moderna se llama muro acrótero al murete situado al borde de las terrazas para permitir elevar la estanqueidad.
La portada principal la preside el relieve de un león que sostiene en sus fauces un tablero ajedrezado con el escudo heráldico del Valle de Baztán (Navarra), en la parte superior se sitúa un balcón de hierro formado y encima un escudo de armas correspondiente al Conde de Saceda, título que Goyeneche consiguió para sus herederos. Fue instalado con posterioridad a la construcción del palacio.
Torre y portada son los elementos que reúnen los mayores motivos ornamentales.  
El interior se distribuye alrededor de un patio rectangular rodeado por una galería de grandes arcos y con un pozo en la parte central. Desde el patio y a través del tejado se ve el balaustre de la torre. La escalera de doble tramo está abierta en un arco de muro, con dos arcadas, una pequeña y otra mayor. Al pie de la misma hay un enorme mortero de farmacia. Las características de esta escalera son similares a la existente en el Palacio de Goyeneche de Madrid.

Fábricas.
La primera que se abrió fue la de paños en 1710. Las fábricas de sombreros, municiones y textiles en 1715. Luego las de aguardientes y aguas en 1716 y la de cristales y finos vidrios en 1720.

Llega el declive al antiguo poblado.
La fuente primaria de energía eran los abundantes acebos existentes en la zona. Estos sufrieron incendios y hubo escasez de leña. Los productores europeos de vidrio pusieron su material a un precio muy inferior al ofertado por la fábrica de Goyeneche. Por lo que tuvieron que almacenar la producción durante algunos años con el objeto de no perder dinero. El almacén de los vidrios se estableció en Madrid en la casa de la calle de Alcalá nº 34, de estilo neoclásico, de Goyeneche, hoy Real Academia de San Fernando.
Todo esto unido con la muerte de Juan de Goyeneche y el cese de algunos contratos, entre ellos el suscrito con el Ejército español hizo que el complejo entrara en decadencia en 1735. En 1748 solo funcionaban las fábricas de sombreros y paños que cerraron en 1778.
La quiebra de las fábricas hizo que la población disminuyera.

Siglo XX.
Se realizaron diversos intentos de restauración del poblado antiguo y en el año 1941 se declaró Monumento Histórico Artístico. Desde el 16 de marzo de 2000 el conjunto formado por el palacio de Juan de Goyeneche y la iglesia están considerados Bien de Interés Cultural.

Merece una visita.




Fuentes:
Martín Fernández, Mª Carmen: Apuntes de la excursión programada por la Fundación Villa y Corte, profesor Guillermo Fernández Fanjul, 1985.

Wikipedia, la enciclopedia libre

2 comentarios:

  1. Marieta tienes un blog lleno de tantos conocimientos algunos desconcidos por mí...
    A mi abuelo le enamoraba la historia..De pequeña me contaba tantas cosas,,

    Por supuesto que me interesará visitar el palacio de Goyeneche y la Iglesia aparte de estar considerados de Interes Cultural por lo que cuentas debe de ser bellisimos por dentro


    Gracias por compartir
    Con cariño Victoria

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  2. Gracias, muchas gracias, Victoria, por leer mi blog y por tu comentario. Tal parece que al igual que a tu abuelo también a ti te apasiona aprender cosas, conocer lugares. A mí también. Y sobre todo me encanta compartir todo aquello que llama mi atención. Con todo cariño. Marieta

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