viernes, 1 de noviembre de 2013

Amantes de mis cuentos: El regalo


 
Octopus vulgaris



Tengo un octópodo en mi casa. 

Y conste que no fue elegido por mí. Una amiga tuvo la feliz idea de traerlo como regalo de cumpleaños.

A mí… que no me gustan los animales. A mí… que no soporto la responsabilidad de tener algo o a alguien a mi cuidado. A mí… que siento arcadas cada vez que lo veo.

Ya sé que mañana podré deshacerme de él, ya encontré a quien regalárselo. Si mi amiga se enfada es su problema, acaso no me conoce, acaso no sabe que pasaré esta noche en vela por culpa de este maldito bicho y de su maldita feliz idea.

El fallo es mío porque en vez de buscarle casa debí tirarlo al contenedor.

 ¡Cómo no se me ocurrió antes!

Ahora no puedo porque ya tiene dueño a partir de mañana. Pero… y esta noche.

¡Qué manera de complicarme la vida! 

Suena el teléfono y es mi ex amiga preguntando por el pulpo. Toda mi rabia salió a flote. Y la otra con esa calma de la que encima hace gala me recomienda darle un beso en cada uno de sus ocho brazos por si ocurriera un milagro.

© Marieta Alonso Más


3 comentarios:

  1. Se acerca aquí la autora a sí misma en su relato que guarda similitudes con la peluquera de"¿Habla Ud. Cubano?"y con el personaje femenino a quien la sirena le birla su galán y que es incapaz de rescatarlo para sí por no saber nadar. Todo metáfora para encubrir su propia coherencia literaria que ya le identifica como irónicamente rebelde, sutilmente iconoclasta.

    ResponderEliminar
  2. ¡Cuánto agradezco tu comentario! Espero el día en que todos aquellos que me leen pongan también su granito de arena. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No hay nada que agradecer, colega, digo cuanto pienso, cuando se me ocurre. Besotes

      Eliminar