miércoles, 31 de diciembre de 2014

martes, 30 de diciembre de 2014

Carmen de Silva Velasco: Teléfono móvil




Carmen de Silva
Periodista, escritora y poeta.
Seis novelas, cinco poemarios. 

Dirige la revista Troquel. Ha dirigido otras y varias colecciones poéticas y muchas colaboraciones en prensa. El Ayuntamiento de Boadilla del Monte ha creado un premio con su nombre y el de Beatriz Villacañas.




Si Graham Bell viniera a este evento

y admirara la gran tecnología,
seguro que extrañado exclamaría:
¡Qué deprisa ha crecido mi portento!

Mister Watson, reclámole un momento
suplico su pericia y su maestría,
pues desde Cornet Street hasta este día
ha variado tanto nuestro invento,

que no me extrañaría nada, nada,
que los niños del próximo milenio,
como Ciranos a una nariz pegada,

nacieran con la oreja prolongada
a un teléfono móvil de selenio
y la página WEB incorporada.




Evolución de los teléfonos móviles




Licencia Creative Commons
Teléfono móvil por Carmen de Silva Velasco se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.




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lunes, 29 de diciembre de 2014

Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla, 1617 - Sevilla, 1682)


Autorretrato 1670. National Gallery, London
Marco ovalado apoyando en él una mano para reforzar el efecto naturalista del trampantojo
y acompañado por algunos instrumentos propios de su profesión.


Inmaculada Soult 1678
Museo del Prado, Madrid
Quedó huérfano a los nueve años. Casi adolescente entró en el taller de Juan del Castillo, pintor manierista. Palomino nos dice que comenzó a pintar para la feria semanal de Sevilla. Realizó un viaje a Madrid que fue decisivo para su formación artística; este viaje que le permitió establecer contacto con la pintura madrileña de la Corte y con la pintura extranjera, actualmente se pone en duda. Lo más probable es que no saliese de su ciudad natal, a excepción de sus viajes a Cádiz.

Inmaculada Concepción
El Escorial 1660-1665
Museo del Prado, Madrid


En 1645 se casó con Beatriz Cabrera, con la que tuvo al menos nueve hijos. La fecha de su boda coincide con el inicio de su carrera artística. Adquiere desde muy pronto una fama que le acompañó durante toda su vida. En 1660 fundó una academia de dibujo y pintura, de la que fue presidente y se codeó con las figuras más importantes del momento. En 1663 muere su esposa y no volvió a contraer matrimonio.
Tres muchachos 1670
Dulwich Pinture Galley, London



De su obra juvenil destaca la historia de la orden religiosa de los capuchinos, marcada por un fuerte realismo y un marcado claroscuro. La mayoría de las obras pintadas para los capuchinos se conservan en el museo de Sevilla. Entre 1650-1655 el tema de la Inmaculada Concepción fue muy cultivado por Murillo creando las obras maestras del género. De 1670 a 1674 pinta un ciclo para el Hospital de la Caridad de Sevilla con un claro influjo de Herrera el Viejo. Se distinguió como pintor de niños, religiosos y de género. También cultivó el retrato de eclesiásticos e hidalgos de mediana posición y el paisaje.


El Buen Pastor 1660
Museo del Prado, Madrid


Fue un artista adaptado a la sociedad en que vivía, con un sentido estético dominado por lo lindo, lo amable, la elegancia y la gracia de sus pinturas. Supo introducir el espíritu dinámico y vitalista del barroco. Magnífico dibujante y habilidoso colorista.  




Nacimiento de la Virgen 1660
París. Museo del Louvre


Murió al caer de un andamio cuando realizaba un nuevo ciclo para los capuchinos de Cádiz.


Sagrada Familia del pajarito
1649-1650
Museo del Prado 




Sevilla y Murillo son dos nombres que no pueden entenderse el uno sin el otro.   







San Antonio con el Niño
Museo de Bellas Artes de Sevilla




Fuente:
Pinacoteca del Museo de Bellas Artes de Sevilla. ABC 1993

sábado, 27 de diciembre de 2014

Amapola: voz mozárabe

Papaver rhoeas


De amor, en los hierros de tu reja
de amor, escuché la triste queja
de amor, que sonó en mi corazón
diciéndome así, con su dulce canción.

Amapola, lindísima amapola,
será siempre mi alma, tuya sola.
Yo te quiero, amada niña mía,
igual que ama la flor la luz del día.

Amapola, lindísima amapola,
no seas tan ingrata y ámame.
Amapola, amapola, ¿cómo puedes
tu vivir tan sola?

J.M. Lacalle (*)




La amapola de nuestros campos nace muy abundante entre las mieses, por eso se ha asociado a la agricultura desde épocas antiguas. Perjudicial para los cultivos es considerada una mala hierba. Su ciclo de vida anual se adapta a la mayoría de los cultivos de cereales, floreciendo y granando antes de la recolección. También es usada en jardinería.  

Su esbelto tallo termina en un capullo  que contiene cuatro pétalos blancos arrugados que mudan después hacia un color rojo. Muere en el día ya que sus pétalos son muy delicados y se marchitan con gran rapidez, por lo que, las flores no pueden usarse en adornos florales. Las hojas dentadas nacen alternas a lo largo del tallo, sin peciolo, con una única nervadura central. Los estambres de color negro forman un racimo anillado alrededor del gineceo, lo que le da el aspecto de botón negro. El fruto es una cápsula, llena de semillas.

Pese a la creencia popular, la amapola no contiene morfina, aunque sí otros alcaloides. Los pétalos y las cápsulas se emplean en tisana o jarabe para la tos intensa, así como para facilitar un sueño apacible, en las personas que padecen insomnio. La tisana se prepara echando un pellizco de pétalos de amapola en una taza de agua hirviendo.

Para los amantes de las mezclas es muy recomendable la fórmula conocida como “las cuatro flores pectorales”: flor de malva, pie de gato, tusilago y pétalos de amapola, a partes iguales.

La amapola california es la pariente americana de nuestras amapolas. Se trata de una planta anual que ofrece numerosas flores en verano si goza de sol. Son ideales para la primera línea de costa donde la brisa salina impide el crecimiento de otras especies.

Se la ve por los campos y caminos. Atraen por su belleza y colorido. Sus semillas, tostadas, son muy apreciadas. A veces se utilizan con semillas de sésamo, de girasol, en los panes integrales.

Hay quienes la utilizan en hechizos de fertilidad, amor, dinero, suerte.

Campo de amapolas


“La amapola roja” es un ballet en tres actos. Fue estrenada en Moscú, en el teatro Bolshoi, en 1927, siendo la primera obra inscrita en el repertorio soviético. Es muy popular en la versión de Lavrovski (1949), bajo el título de “La flor roja”.




(*) Se atribuye a José Mª Lacalle (1860-1937) la composición de Amapola, más existe una versión de José Padillo, en pasodoble, que es un arreglo de la que compuso Manuel M. Ponce, compositor mexicano de finales del siglo XIX y principios del XX.





Fuentes:
El libro de oro de las plantas y los jardines. ABC. Blanco y Negro
Wikipedia, la enciclopedia libre



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miércoles, 24 de diciembre de 2014

Feliz Navidad 2014


La adoración de los Magos
Diego Velázquez 1619
Museo del Prado. Madrid. España



Cuentos de Marieta les desea

una muy Feliz Navidad.


¿Os gusta este villancico?
¡A cantar!


Arre borriquito


Venid pastorcito,
venid a adorar
al Rey de los cielos
que ha nacido ya.

Arre borriquito,
vamos a Belén
a ver a la Virgen
y al niño también.

Rústico techo
abrigo le da,
por cuna un pesebre
por templo un portal.

Arre borriquito
vamos a Belén
que mañana es fiesta
y al otro también.

Esta noche con la luna
y mañana con el sol
a Belén caminaremos
a ver pronto al Niño Dios.

Brújulas y Espirales: Carola Aikin "Mujer perro"

Blog literario de Francisco Martínez Bouzas

miércoles, 16 de enero de 2013


LA MUJER PERRO DE CAROLA AIKIN


Mujer perro
Carola Aikin
Editorial Páginas de Espuma, Madrid, 2012, 165 páginas.

 

    Carola Aikin, formada literariamente en uno de esos talleres de escritura creativa, aquí se encuentra y nos encuentra con este su segundo libro de cuentos, enfrentada a si misma, como le dijo su maestra Clara Obligado y lactando de ese misterioso y caprichoso manantial que es la inspiración o dicho quizás con palabras más apropiadas: de la magia de la creación. Y en una especie de viaje en espiral, como ella misma se define. En espiral porque, en buena medida, la substancia más profunda de los relatos de Carola Aikin está simbolizada en el dibujo que ilustra la portada, de la autoría de su propia hermana, Helena Aikin: la mujer ser racional e irracional a la vez, suturada a su sombra inferior, a su lado animal, salvaje, condición que, por cierto comparte con el varón. Seres femeninos “sapiens” y úbricos en “su lucha por controlar ese lado salvaje y a la vez vivir”, como lo expresa la misma autora.
   Por eso mismo, ya de entrada, me parece oportuno un detalle del paratexto: la estrofa de de Jeannette  Winterson que inaugura esta colectánea de cuentos: “Soy demasiado inmensa para el amor. Nadie, ni varón ni hembra, se ha atrevido jamás a acercárseme”.
   La arquitectura compositiva de la obra de Carola Aikin se yergue sobre dieciséis cuentos de desigual extensión, aunque predominan las distancias cortas. Y una novela breve, “La expedición” por cuyo trayecto circulan varios personajes con los que nos hemos familiarizado en los relatos.
   Clara Aikin articula esta antología de textos de recompensa inmediata a base de un desfile de personajes y con una idea subyacente: la búsqueda de la identidad, la urgencia por definirnos en el maremagnum de las relaciones sociales con las que interactuamos y que, en buena medida, también nos constituyen. Explora pues la escritura de Carola Aikin lo más recóndito de nosotros mismos, que suele forjarse non en los contactos beatíficos, sino en los conflictivos. Una exploración que detectamos ya en el primer relato: una hembra, que vislumbramos como mujer y como gorila. La mujer sirena, a la vez también mujer perro, que luce su cola en el segundo relato, es así mismo un interrogante sobre la identidad cuando poseemos o somos poseídos. En otros cuentos como “Mujer cubo” la incógnita se refiere a los trabajos realizados. ¿No son también acaso ellos los que nos van definiendo, muchas veces entre desagradables sorpresas? Y con similares procedimientos en el resto de los cuentos, en una pugna  por aproximarse al menos a los aledaños del propio ser, entre luchas, conflictos y tensiones.
   La micronovela, tan extraña como estos cuentos protagonizados por seres metamorfoseados que ahora reaparecen de nuevo en una expedición por África, desbordados por sensaciones de desconcierto, extravíos, ansiedad. El terror y lo siniestro tiñe la atmósfera de la que respiran y muy pronto en el grupo impera la máxima hobbesiana: el hombre, un lobo par el hombre que, traducida al lenguaje de hoy, le hace decir a uno de los expedicionarios: “nos devoramos unos a otros”. Presos y depredadores, aunque solo sea simbólicamente.
   Los textos de Carola Aikin, rebosantes de referencias a la animalidad,  a lo zoológico, harán pensar a más de un lector en las tesis sociobiológicas que en pasadas décadas intentaron explicar la conducta humana únicamente desde nuestras raíces biológicas. No obstante, las prosas de Carola Aikin non caen en tal asimilación. Sus metamorfosis no traspasan el umbral de lo simbólico y el animal se nos presenta como un ser diferente, eso sí, inquiriéndonos a veces de forma desconcertante desde su alteridad. Por otra parte, en alguno de los cuentos la autora apuesta inequívocamente a favor de la singularidad, la singularidad de esa progenie de mujeres perro “que no tienen rango, no se pueden domesticar” (página 74).
   Todo esto, tejido con una lengua a veces exquisita, otras henchida de imágenes y texturas de gran potencia, hacen que el lector de Carola Aikin se sienta atrapado por estas paginas repletas de interrogantes.

Francisco Martínez Bouzas



Carola Aikin

Fragmento

“Ella se llama Gina, Gina andares de reina, Gina cabellos rojos y largos, bellísima entre las bellas orangutanes del harén. Al amanecer Gina juega a besarse en la boca con sus crías (…) En uno de los nidos de arriba duerme el macho, el gran Gambar, y la nueva hembra que le acaban de traer. Los demás nidos los ocupan las otras hembras que para Gina no tienen la menor importancia pues no han podido concebir. Gina hace todo el ruido que puede para despertarlas y cuando lo ha logrado les roba sus raciones de caña de azúcar y mandioca y se lo lleva todo a la gran piedra que está en el centro de la jaula, donde espera a que baje Gambar para hacer con ella el amor. Así es como Gina, con el vientre apoyado en la piedra, conquista al gran macho casi todas las mañanas (…) La becaria entiende perfectamente el mensaje de los ojos pequeños, vivos, ligeramente asimétricos de Gina. Le dice lo mismo cada día, cuando se planta ahí, frente a la jaula, cronómetro en mano, bolígrafo o lapicero rojo, hoja de datos preparada, melena lacia, dos senos grandes que estallan dentro del sujetador. Tetona le dice. Camiseta apretada, pantalón caqui, como de expedición, pies largos y estrechos, sandalias doradas. Me encantan tus sandalias, pero odio tus ojos. Y Liliana baja la vista al suelo. Borracha, te odio. ¿Con quien estuviste ayer?”.

(Carola Aikin, Mujer perro, páginas 70-71)      

martes, 23 de diciembre de 2014

Castillo Abadía de Loarre (Huesca)

1
Castillo de Loarre



¡Ah de la fortaleza!

Por orden del rey Sancho III de Navarra, el castillo monasterio de Loarre fue construido en una estribación de la sierra de Guara, dominando a Huesca por el norte, y así servir como avanzadilla fronteriza.

Su interés arqueológico es extraordinario porque constituye un castillo románico sin aditamentos posteriores y presenta un buen estado de conservación, salvo la parte del antiguo castillo algo más deteriorada. Fue nombrado Bien de Interés Cultural y Monumento Nacional en el año 1906.

Se sabe que como monasterio existía en 1071 y que antes perteneció a una comunidad de canónicas de San Agustín. Está situado sobre un montículo y en los sitios en que la elevación es accesible lo rodea poderosa muralla de diez mil metros cuadrados y un perímetro de ciento setenta y dos metros, provista de torreones y dos puertas. La de entrada es románica con decoración en el tímpano. Sus dependencias militares se agrupan en varios pisos a los que se llegan por una imponente escalera.

Se identifica con dificultad, pero existen galerías, cuadras, calabozos, caminos de ronda y hasta una salida de escape. Entre la muralla y el cuerpo del castillo se eleva una torre vigía. La del homenaje, situada al noroeste del conjunto, es de tres pisos.

A la derecha de la escalera está la cripta de Santa Quiteria, que fue lugar de enterramientos, con una increíble acústica. Es de una sola nave y aparejo característico del primer románico, se fecha hacia mediados del siglo XI.

Desde ella se accede a la iglesia de San Pedro, el edificio más sobresaliente que se empezaría a construir a finales del siglo XI y se terminaría en el XII. Consta de una sola nave, de bóveda de cañón decorada por una larga cenefa de ajedrezado jaqués y con ábside semicircular decorado con columnas adosadas a los muros con capiteles tallados con motivos fantásticos, vegetales y bíblicos; Entre el ábside y la nave, delante del presbiterio, se eleva una cúpula sostenida por cuatro trompas, de veintiséis metros de altura. .

Varias ventanas ajimezadas brindan la vista hacia donde se ubicó el pueblo de Loarre hasta el siglo XVI.

Dice una leyenda que en él murió don Julián, arrepentido por haber traicionado a su rey Don Rodrigo. Conserva el recuerdo de los reyes Sancho Ramírez, Pedro I y Sancho III el Mayor.

Tras el compromiso de Caspe, Antonio de Luna y su hermana doña Violante, partidarios de Jaime de Urgel, resistieron férreamente a las tropas de Fernando I de Aragón.


El castillo abadía se mimetiza con el terreno llegando a confundirse con él a pesar de su gran tamaño. 





Fuentes:
Salvat Editores, S. A. 1967
Wikipedia, la enciclopedia libre

lunes, 22 de diciembre de 2014

Un paseo con los Reyes




Actor: Fael García

Ilustradora: Rosa María Prado Rubio

Patrocinadores: Hosteleros de la zonaerre

Un tour gratuito a través de la historia
de nuestros monarcas y su tiempo, desde
los Reyes Católicos hasta Felipe V, el primer Borbón,
narrado por un actor profesional que recorre de forma
amena las calles de la ZONAERRE de Madrid,
en pleno distrito de Salamanca.
Fechas:
9 de diciembre al 4 de enero de 2014
Horario:
Todos los días a las 19:30,
sábados 13:00 h. y 19:30

Y allá que nos fuimos:

1)      Los reyes en una mano. Comienza el tour en Mallorca, calle Serrano, nº 6. Esta pastelería fue quien sirvió el catering en la coronación de Felipe VI. El paje real va delante para que no nos perdamos. Caminamos por la calle Recoletos…

2)      Los Reyes Católicos.  Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón. Parada frente al Hotel Ac Recoletos, nº 18. Guerra de Sucesión castellana. Terminó en 1479 con la firma del Tratado de Alcáçovas. Su reinado se considera como la transición de la Edad Media a la Edad Moderna. Fin de la reconquista. Se descubre América. Nuevos productos como la patata y el chocolate forman parte de nuestra gastronomía. Una curiosidad: El viaje a América costó lo que dos banquetes reales en aquella época… 

3)      Juana I de Castilla (la loca) y Felipe el Hermoso. Taberna Embroque, calle Recoletos, nº 15. Típica taberna andaluza. Disfrutamos de un vídeo. Fue la primera reina de las coronas que conformaron la actual España. Su poder fue solo nominal. Se dice que debido a los justificados celos enfermizos, su mente débil no lo soportó…

4)      Carlos I. Bar restaurante Mestizo, Recoletos, nº 13. Vino a España con 17 años. Se trajo consejeros flamencos. Reinó junto a su madre. Las Cortes de Castilla pidieron al rey que aprendiera hablar castellano, el cese de nombramientos a extranjeros, la prohibición de la salida de metales preciosos y caballos de Castilla y trato respetuoso a su madre Juana, recluida en Tordesillas. Como curiosidad decir que Carlos I nació en un retrete…

5)      Felipe II, el prudente. Marisquería el Barril de Recoletos, nº 9. Con él se crea la Leyenda Negra. Gustaba de salir embozado a entablar conversación con el vulgo. Con su hermano Juan de Austria ganó la batalla de Lepanto. Las islas Filipinas llevan el nombre de este rey.   Murió en el Monasterio de El Escorial…






6)      El Greco. Restaurante Pelotari, Recoletos, nº 3. Nació en Creta, vivió en Venecia y Roma hasta que en 1577 se estableció en Toledo.  Su amistad con Luis de Castilla le asegura sus primeros encargos y por eso viene a España. El tratamiento de sus figuras es manierista. Otra característica de su arte es la ausencia de naturaleza muerta. Su fama comenzó a principios del siglo XX…


7)      Santa Teresa de Jesús. Bar Restaurante Más que menos, Recoletos, nº 1. Algunas teorías apuntan que su abuelo fue un judío converso. Fundó 16 monasterios de la Orden de las Carmelitas Descalzas. Doctora de la Iglesia junto con San Juan de la Cruz…








8)      Miguel de Cervantes Saavedra. Restaurante New York Burger, Recoletos, nº 4. Se ha dicho que Don Quijote de la Mancha es la primera novela moderna y una de las mejores obras de la literatura universal, además de ser el más editado y traducido de la historia, solo superado por la Biblia…
9)      Felipe III. Restaurante La Cesta. Óscar Velasco. Recoletos, nº 10.  Dos estrellas Michelín.  Aficionado al teatro, a la pintura y sobre todo a la caza, dejó los asuntos de gobierno en manos de su valido, el duque de Lerma. Por vez primera las Cortes tienen más fuerza que la monarquía. Se pasa por la primera crisis…

10)   Felipe IV. Restaurante Banzai, Recoletos, nº 10. Su valido fue el Conde Duque de Olivares. Felipe IV cede los terrenos del barrio de Villanueva para la construcción de un nuevo Pósito en la Villa. El tramo que va desde la Plaza de Cibeles a la Plaza de la Independencia se llamaba calle del pósito. Fue un conjunto de edificios destinados para almacén de cereales, mercado de harinas, hornos, tahonas, molinos. Con este rey, la corona, por dos veces entra en quiebra. Dicen que tuvo treinta y siete hijos bastardos, uno de ellos con La Calderona…

11)   Carlos II. Restaurante Anel, calle Villalar, nº 2. Llamado el Hechizado. Hambruna, despoblación, guerra de sucesión. Su madre Mariana de Austria quiso que le sucediera un Austria pero el Rey se decantó por Felipe de Anjou, el primer Borbón…


12)   Felipe V. Restaurante Meating. Valenzuela, nº 7. Guerra de Sucesión. Tratado de Utrecht. Su reinado es el más prolongado de la monarquía española...





El paseo resultó agradable.
Su duración fue de unos cuarenta y cinco minutos.

Leve pinceladas de la historia de España aderezadas con la presencia de los centro hosteleros de Recoletos para quien quiera disfrutar de una buena gastronomía.










domingo, 21 de diciembre de 2014

Mª Carmen San Frutos Recio: El Triciclo

Foto: www.taringa.net




Era un soleado día de primavera con un cielo de color azul intenso. La niña estaba en el balcón, miraba los pocos coches que entonces pasaban por la calle de tierra y a los niños que jugaban por los alrededores.

De repente apareció un gran camión o, lo que en esos momentos, le pareció un gran camión con su remolque descubierto y vio como se bajaba de él un hombre moreno y desaliñado que mantenía una breve conversación con su padre.

Entre los dos comenzaron a cargar todo tipo de artilugios, lámparas, barras de hierro, todo aquello que tuviera un componente metálico y de pronto,  encima de todos esos trastos, apareció como por arte de magia su triciclo, con su asiento de skai azul reluciente, su compañero de juegos con el que había compartido grandes y gratos momentos.

La niña sintió cómo algo en lo más hondo de su ser se rompía, se llevaban una parte suya y la desesperanza y la decepción, quedaron reflejadas en su inocente rostro.






© Mª Carmen San Frutos Recio


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El Triciclo por Mª Carmen San Frutos Recio se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.



sábado, 20 de diciembre de 2014

Malena Teigeiro: Conversaciones con el Juez: Gula - Envidia - La soberbia



Gula


Excepto sábados y domingos, desde hace 23 años, 122 días y 10 horas, al llegar a la oficina lo encuentro sentado en su mesa comiendo galletitas con mermelada, bombones y caramelos. Las migas y los restos del cacao se le quedan pegados al bigote. Lo miro con asco. Él me sonríe mientras recoge del bigote las migas con húmeda lengua atravesada por una asquerosa vena azul. Alguien tenía que castigar su gula. Me levanté, señor Juez, y le clavé el abrecartas en plena boca.



Envidia


Cuando ella me mostró su dedo ensortijado no sé qué me pasó, pero se me volvieron los ojos amarillos. Vi una piedra y la maté. ¡Mire, señor Juez, que es mala la envidia!



La soberbia 
                                                 


         Soberbio, me dijo. No eres mejor que cualquiera. Y yo, que siempre me sentí diferente, la maté de un solo disparo en la frente. ¿Habrá tenido tiempo de enterarse, señor Juez, de que soy el mejor tirador del mundo?

         




Licencia Creative Commons
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viernes, 19 de diciembre de 2014

Liliana Delucchi: Al abordaje

Bandera Jolly Rouger
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De sus trenzas cuelgan abalorios, tiene los ojos pintados con kohl y una sonrisa infantil y sarcástica deja entrever un diente de oro. La chaqueta negra brilla con lamparones, insignias de noches de taberna, los volantes de la camisa, un día blancos, le hacen cosquillas en el mentón y obligan a un gesto lateral, como si esperara a un enemigo por la izquierda. La calle de la izquierda que baja al puerto, por donde la vio llegar con andar sinuoso.

Había atracado esa mañana después de meses en la mar, meses durante los cuales tuvo que sortear la flota de Su Majestad, abordar el Diente Negro, degollar a su capitán, tirar por la borda a los cimarrones que intentaban organizar un motín, y todo ello con poco ron en la sangre, algo que estaba dispuesto a enmendar cuando, de camino a la cantina, vio los encajes de una sombrilla dibujando crepúsculos sobre un rostro de mujer; una boca afanada en un mango carnoso, una hebra naranja deslizándose por un mástil de nácar para fondear entre dos lunas llenas… y sintió que su castillo de proa lo llevaría en otra dirección.

Con paso inseguro, en parte por la falta de costumbre de caminar en tierra firme, en parte por ese faro que empezaba a encenderse, la siguió a través del mercado, barloventeando el olor a jazmín que desprendía su pelo.
Las callejuelas de Antigua fueron escenario de persecuciones y desencuentros, hasta que ella lo sorprendió, de frente. Y lo remolcó a la playa.

Vientos huracanados arriaron enaguas, rompieron camisas y desamarraron calzones, él sintió el calor de esas piernas húmedas pegadas a las suyas, el sudor salado y ácido que empezó a lamer desde las rodillas. Subía despacio, deteniéndose en cada pliegue, mordiendo muslos abiertos como abanicos: rojos, fuertes, hasta que llegó a una bahía con sabor a fruta madura.



Desmayaron pasión entre temblores y suspiros, en bocas secas de tanto gemido, en manos temblorosas de tanta caricia y en un grito final que hizo flamear la bandera negra con calavera.




© Liliana Delucchi


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Al abordaje por Liliana Delucchi se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.





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