sábado, 7 de marzo de 2015

Mª Isabel Martínez Cemillán: ¡Qué lástima!








Casualmente ha caído en mis manos un libro de poemas editado ya hace unos años.


Un blanco deslumbramiento, obra de Andrés Aberasturi, gran periodista y locutor, alejado, creo, ahora de la Tele, cosa que no me extraña dada la baja calidad de la mayoría de los programas; dedicado a su hijo Cris, afectado de parálisis cerebral desde su nacimiento, que prologa diciendo: “cuando un niño de estas características te sonríe por primera vez, cuando te abraza, sientes algo que no se puede describir”.


Es un libro tan emotivo, tan sincero que a veces provoca un nudo en la garganta, un libro, pienso, muy necesario en estos tiempos tan materialistas, tan hedonistas,  que, quizá por ello, no tuvo demasiado éxito, difusión, comprensión ni, por supuesto, dinero, porque Aberasturi no insulta, increpa, difama ni vende vidas íntimas. Todo lo contrario, es un hermoso canto de amor y de esperanza, algo que hoy, por desgracia,  no interesa, no vende, no impacta.

No sé cuantos ejemplares habrá vendido Andrés de su precioso libro, pero, casi seguro, que muchísimos menos que algún otro famoso que ni siquiera lo ha escrito.


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