miércoles, 1 de abril de 2015

Amantes de mis cuentos: Adolescentes

Wikipe-tan, personaje que contiene estereotipos de un dibujo estilo de manga y anime

Me disgusta un montón que mi madre me llame perezosa, la culpa será de ella que no supo educarme. Yo creo en el destino y si llegué a este mundo un domingo, día de fiesta, es porque he nacido para disfrutar, no para trabajar ni para que me estén regañando. No hace caso. Es una maniática de la limpieza. Tira mis cosas. Lee mi diario. Revisa mi ordenador. Y me obliga a presentarle a todas mis amigas, no porque a ella le gusten las visitas, es para controlar con quien salgo. Les hace un interrogatorio al estilo de una serie policiaca.

Siempre me animó a que tuviera amistades, que debía ser sociable, que debía compartir. Ahora se enfada porque comparto todos mis ratos libres con mis amigas. Me regaló un móvil y se queja del gasto. Las cosas se tienen para ser usadas, sino qué sentido tienen.

Soy una incomprendida. Tengo trece años y hasta hace poco mi madre era perfecta pero se ha vuelto retrógrada, es imposible dialogar con ella. Se pasa todo el día diciéndome que lo tengo todo desordenado, que soy una vaga. Respondo que mi espíritu artístico se desarrolla entre carteles, apuntes, ropa desparramada, porque el desorden es creatividad, que ella no tiene por qué entrar en mi territorio.

Me ha prohibido salir con mi mejor amiga. Belén es guapa a rabiar, con un estilo bestial, moderna a tope, alta, delgada y con mucho pecho. ¡Oh, Dios! Siento un miedo atroz a que a mí no me crezcan, me miro al espejo, parecen ganglios y rápido me pongo relleno.

La semana pasada Belén se fue a la peluquería, una pasada, se hizo mechas rubias con tonalidades rojas y verdes. Genial. Corrí a casa y le dije a mi madre que quería cambiar mi estilo y que empezaría por el pelo. Me mandó a recoger la habitación, me eché en la cama y estuve llorando toda una hora. No la soporto. La odio.

Decido hablar con mi padre. Me dedica un largo silencio para luego decirme que cuando sea mayor la comprenderé. Venga ya. 


¡Ayyyyyy! Quiero cumplir dieciocho años.






© Marieta Alonso Más

2 comentarios:

  1. Has descrito a millones de madres y millones de hijas con total fidelidad y no creo que cambie con el tiempo.

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    1. Cada edad tiene sus motivos de roce. Lo importante es la relación madre/hija. Un vínculo insuperable.

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