lunes, 1 de junio de 2015

Amantes de mis cuentos: ¡Qué regalo!


La dama del armiño. El Greco





Me casé por mandato paterno para mantener una posición social digna y por una posición económica más digna todavía. Mi marido es una bellísima persona, algo ingenuo y la mar de espléndido. Le quiero muchísimo. Es el mejor de los hombres.

Me regaló este armiño para presumir ante las amistades. Y no contento con eso también quiso que me hicieran un retrato. No pudo buscarse a un pintor amable con renombre en Madrid. No. Tuvo que encargárselo a este cascarrabias que se pelea con todos los que trata y encima  tengo que desplazarme a Toledo la mayor parte de las veces.

En aras de la verdad he de decir que me viene de maravilla tener esta excusa porque mato dos pájaros de un tiro.

Al salir del estudio aunque cansada de tanto posar me encuentro con quien me hace vibrar de pasión. El cansancio desaparece en cuanto le tengo ante mí, para volver de nuevo cuando se aleja.

A veces siento remordimientos pero los acallo enseguida. ¿Acaso tengo yo la culpa de que el dinero y la pasión no aniden en la misma persona? 






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Gracias.




© Marieta Alonso Más

2 comentarios:

  1. Me gusta, lo he vuelto a hacer, buscaré otra cosa para decirlo.

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