miércoles, 1 de julio de 2015

Amantes de mis cuentos: Armas de mujer

Lámpara de araña de vidrio de plomo de Baccarat.
Palacio de Domabahçe. Estambul.


El salón se va llenando de luz y calor. Las lámparas al compás de las voces van cambiando de tono al incidir la luz en las lágrimas de cristal de roca. Sombras y luces como las conversaciones. Dibujos sencillos que al iluminarse se complican como el recogido elaborado que enmarca el rostro de una dama.
El salón se va llenando de murmullos, de comensales buscando el lugar asignado. Sonrisas, saludos, cabezas inclinadas, ese pasar la vista sin perder detalle, para más tarde recordar un escote o las piedras preciosas de unos pendientes. Rogar en silencio, mientras adelanta su mano para ser besada, que hayan dado resultado sus denuedos y logre sentarse en el emplazamiento apropiado.  
El comedor se va llenando de olores y platos deliciosos. Una hermosa mujer con sonrisas y miradas prometedoras hace su labor de zapa para conseguir de ese hombre que tiene al lado y que hasta hoy había ignorado, un puesto de trabajo para su esposo, que sea acorde con su status social. Sería excesivo pedir que estuviera en consonancia con su inteligencia.
El comedor se va llenando de la exultante alegría que desborda a ese hombre baladí que piensa que es gracias a sus propios méritos el haber conseguido lo que tanto anhelaba.


© Marieta Alonso Más

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