miércoles, 29 de abril de 2015

Ciudades que comparten nombre: Toledo


Catedral de Santa María. Toledo. España
Foto: Wikipedia, la enciclopedia libre


Toledo-España

La historia de la ciudad se remonta a la Edad del Bronce. Fue  un importante centro carpetano hasta su conquista romana en 193 a.C. por Marco Fulvio Nobilior, reconstruida sin sus murallas por los romanos, Toletum quedó adscrita a la cartaginense, y perfeccionó las comunicaciones con la construcción de calzadas, en particular las que unían con Cesaraugusta, Mérida y Cartagonova.  Tras las invasiones germánicas, Leovigildo la convierte en capital y sede eclesiástica del reino visigodo.  En el 711 es conquistada por los musulmanes al mando de Tariq ibn Ziyad.  Alfonso VI la reconquista  en 1085, lo que facilitó la repoblación entre el Duero y el Tajo, y se mostró flexible ante la diversidad racial y lingüística de la ciudad, formada por mozárabes, francos y hebreos, concediendo fueros propios a las minorías lo que hizo posible la escuela de traductores de Toledo en los siglos XII y XIII. Es patrimonio de la Humidad desde 1986 y lugar de nacimiento o residencia de  artistas como Garcilazo de la Vega o el Greco. Capital de la provincia y de la Comunidad de Castilla-La Mancha. 

Toledo-Ohio.U.S.A.
Foto: Wikipedia, la enciclopedia libre

Toledo-Ohio-U.S.A

La zona empezó a ser recorrida por tramperos franceses en el siglo XVII. En 1794 después de la batalla de los Árboles Caídos y de varios tratados con los indios se edifica un fuerte entre los años 1803-1805, “Fort Industry”, en la desembocadura del torrente de Swan Creek.  Dos poblaciones se fundaron en la zona, Port Lawrence y Vístula que se unen en 1833 bajo el nombre de Toledo.  Desde 1835 es la capital del condado de Lucas, incorporándose como ciudad en 1837.  La industria del vidrio se inicia  a partir de 1880 por Edward Libbey y Michael Owens. La marca Jeep es manufacturada desde 1941. Es la cuarta ciudad más grande de  Ohio, sede de la diócesis de Toledo y todo el Medio Oeste (Patriarcado ortodoxo de Antioquia).  Ciudad universitaria que posee un museo de Arte de gran riqueza.  

Lubaantún. Toledo-Belice
Foto: Wikipedia, la enciclopedia libre

Toledo-Belice

Es uno de los seis distritos en que se divide el territorio de Belice y el más sureño de todos.  Fue el escenario en que se desarrollaron varias importantes ciudades mayas del Periodo Clásico: Nim Li Punit, Lubaantún y Uxbenká. Estas poblaciones fueron abandonadas en medio de desórdenes como parece atestiguar el hallazgo de estelas inconclusas.  Cuando se despoblaron la espesa selva del sur las cubrió y no se supo más de ellas hasta el siglo XX. Los españoles ocuparon la región durante los siglos XVI y XVII. A partir del XVIII, los británicos colonizaron Belice.  Hasta la llegada de los garufanas, grupo mestizo de indios caribes y esclavos africanos de las Antillas Menores, que fueron desarraigados bajo el control del Reino Unido, Toledo permaneció despoblado ya que los ingleses habían deportado a los indios ch’ol al Petén. En el siglo XX la inmigración de indígenas guatemaltecos a Toledo fue un factor que contribuyó a que la población toledana sea de origen maya.

Toledo-Paraná-Brasil
Foto: Wikipedia,la enciclopedia libre


Toledo-Paraná-Brasil

Es un municipio en la región sur del Estado de Paraná de reciente creación, los primeros residentes llegaron en 1946 debido a la explotación del caucho. Fundada en 1954 por pequeñas fincas de diez acres, la cría del cerdo fue la actividad complementaria para los pioneros.



Toledo Norte de Santander-Colombia
Foto: toledo-nortedesantander.blogspot.com

Toledo - Norte Santander-Colombia

Es un municipio de la región andina del Norte de Santander cuyos primeros pobladores fueron los chitareros a su vez descendientes de los chibchas.  Creado el 19 de Agosto de 1795, por Juana Gertrudis Mora de Almeyda y sus hijos Juan, Diego y Martín, que de acuerdo a los documentos históricos, son los promotores del poblado, pues ella como dueña de las tierras y sus descendientes como tramitadores ante el Rey de la solicitud, se inscriben en la historia como los fundadores de Toledo, cuyo nombre, sin duda es un homenaje a la tierra española de donde eran oriundos. Basa su economía en el café "Especial Toledo", el cual es exportado a Estados Unidos. También se apoya en la ganadería (carne y leche) y en la industria de lácteos en pleno proceso evolutivo.


Toledo-Uruguay
Foto: www.worldtravelserver.com
Toledo-Uruguay.

Pertenece al departamento de Canelones, dentro del Área Metropolitana de Montevideo.   Su nombre proviene del santafecino Juan Gil de Toledo, soldado dragón y vecino de Montevideo, quién poseía tierras a orillas del arroyo que lleva su nombre. Desde 1750, se comenzaron a fraccionar terrenos, creándose chacras, casas de azoteas, pulperías y atahonas. Toledo fue fundada en 1889, elevada a la categoría de pueblo el 28 de mayo de 1928 y a la de ciudad el 24 de octubre de 1995.




¿Toledano? ¿De dónde?





Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre

martes, 28 de abril de 2015

¿Habla usted cubano? en la Feria del Libro de Valladolid






Entrevista radiofónica: Aquí en la Radio, la información más cercana. Aquí en Valladolid
28 de abril de 2015

Antonio Muñoz entrevista a cuatro personas: 
Elena López, Ignacio, Ramón Fernández y Marieta Alonso




Pincha en este link, da clic en Oir: Feria del libro de Valladolid y podrás escucharnos. 




lunes, 27 de abril de 2015

Museo del Prado: Rogier Van der Weyden


Nace en Tornai en 1400. También se le conoce por Rogier de la Pasture, discípulo aventajado de Robert Campín, sintetizó el fuerte colorido y el gusto por el detalle del arte flamento con la expresividad de los rostros y las composiciones perfectas del arte italiano.

Sus tres únicas obras documentadas:

El Descendimiento
Museo del Prado (Madrid)

El Descendimiento (Museo del Prado, Madrid)

Está considerada como la obra maestra de este pintor. Fue un encargo del gremio de los ballesteros de Lovaina hacia 1445. Perteneció a María de Hungría, regente de los Países Bajos y hermana de Carlos I de España. Durante el viaje de Felipe II a los Países Bajos conoció la obra y se la compró a su tía. Esta obra vino a España en un barco que naufragó, gracias al embalaje, la pintura apenas sufrió daño. Así llega a estas tierras. Felipe II la pone en el Palacio de El Pardo hasta que se la lleva a El Escorial.

En principio el cuadro tenía puertas, por eso hoy no vemos espacio en los laterales. En el inventario de recepción de obras en El Escorial así lo dice:

Una tabla grande en que está pintado el Descendimiento de la cruz, con nuestra Señora y otras ocho figuras, que tiene dos puertas, pintado en ellas por la parte de dentro los quatro evangelistas con los dichos de cada uno con la Resurrección, de mano de maestre Rogier, que solía ser de la reyna María [...] que tiene de alto la tabla de en medio, por lo que toca a la cruz que en ella está pintada, siete pies y de ancho diez pies escasos.

Fue objeto de numerosas copias. Juan Fernández de Navarrete (el Mudo) creó dos alas o postigos en grisalla que devolvieron a la obra su estado original como tríptico. Más tarde dichas puertas se perdieron. Michel Coxcie hace una copia que en la actualidad se encuentra en El Escorial.

Por lo tanto lo que hoy tenemos es la tabla central de un tríptico que nos muestra a Cristo cuando es bajado de la Cruz. La cruz Tau actúa como elemento de simetría con un sayón detrás. Las figuras están encajadas en un espacio apaisado. José de Arimatea sostiene los brazos de Jesús vestido con túnica corta y  cenefa adornada con perlas y rubíes. Las piernas las sostiene Nicodemo vestido con un manto bordado en hilo de oro y forro de piel. María Salomé, madre de Santiago el Mayor y San Juan Evangelista, está al lado de su hijo, San Juan que está vestido con túnica roja acude a atender a la Virgen. Si tenemos la curiosidad de buscar los San Juan pintados por Van der Weyden vemos que siempre es el mismo modelo. María de Cleofás, pariente de la madre de Jesús, se cubre la cara llorando. A la derecha la Magdalena consternada, es la figura más lograda en cuanto a la expresión del dolor, se inclina con las manos juntas y los codos abiertos. La Virgen y Jesús están pintados en la misma posición, el tono blanco de la piel muestra, el desmayo de la muerte, el desmayo del dolor. La tracería de los extremos con unas ballestas pequeñitas en honor a los ballesteros. Los ropajes y el claroscuro proporcionan los efectos lumínicos. Entre los detalles minuciosos encontramos la barba de Cristo que es de hace tres días, desde que fue prendido. Hace más humana la composición. Por abajo hay un pequeño fragmento de paisaje, es hierba del monte Calvario, muy detallada. Una tibia a los pies de María y una calavera junto a su mano.


El Calvario
Monasterio de El Escorial (Madrid)


El Calvario (El Escorial, Madrid)

Felipe II compró el cuadro a la cartuja de Scheut, en las afueras de Bruselas, instalándola de forma provisional en su palacio de Valsaín. Van der Weyden la había pintado de forma altruista para dicha Cartuja pues su hijo Cornelius profesó allí como monje cartujo. 

Es obra de enorme tamaño, óleo sobre tabla de roble de la época final de Van der Weyden. Se dice que es más fácil datar una tabla que un lienzo. Llama la atención su impactante simplicidad. Solo una gama cromática: rojo y blanco. Tres lágrimas surcan el rostro de Cristo.

En 1574 se describe en el inventario de la primera entrega de obras artísticas a dicho monasterio y dice así:

Una tabla grande en que está pintado Christo nuestro Señor en la Cruz, con Nuestra Señora y Sant Juan, de mano de masse Rugier.

Es la expresión más refinada de las relaciones matemáticas y los sistemas geométricos que subyacen en todas las composiciones. Cada cuadrado tiene la proporción 8:5, siendo la proporción áurea los ocho cuadros en vertical y los cinco en horizontal.

Tríptico de Miraflores
Gemäldegalerie, Berlín

El Tríptico de Miraflores (Berlín)

Esta obra perteneció a Juan II de Castilla que la donó a la Cartuja de Miraflores en las afueras de Burgos, el año 1445. Acabó en la Galería Real de Berlín en 1850, tras su robo por el general Jean Barthélemy Darmagnac, en 1809, durante la invasión napoleónica a España.

Juan de Flandes hizo una copia que es muy similar pero de tamaño más reducido.

Pieza rígida organizada en tres escenas: Natividad, Piedad, Resurrección de Cristo


En las tres obras, las únicas documentadas, podemos ver la cruz de Tau, también llamada de San Antón, que tiene forma de T. Corresponde a la última letra del alfabeto hebreo y a la decimonovena del alfabeto griego. 

sábado, 25 de abril de 2015

Alexandre de Rhodes (Aviñón, 1591 – Isfahán, 1660)

Alexandre de Rhodes




Este religioso francés en 1612 ingresó en la Compañía de Jesús en Roma. En su afán por seguir los pasos de San Francisco Javier fue misionero en Goa, la India, Macao, China, Japón. Llega en 1615 a Hanoi (Vietnam).

Escribió muchos libros sobre Vietnam pero su obra más importante fue el desarrollo del alfabeto vietnamita conocido popularmente como Quóc Ngü o escritura nacional, que hoy se utiliza, basado en el alfabeto latino con fonética portuguesa y muchos acentos diacríticos, de veinticuatro letras.

Alexandre de Rhodes se apoyó para ello en el trabajo previo de los misioneros portugueses Gaspar de Amaral y Antonio de Barbosa. Esta escritura se popularizó con la ocupación francesa del siglo XIX y en el siglo XX prácticamente todos los escritos se hacían en quóc ngü.
Vietnam

Con anterioridad el idioma vietnamita se escribía con cuarenta mil caracteres chinos, lo que hacía muy difícil su aprendizaje. Solo las clases más pudientes tenían acceso a la alfabetización.

El vietnamita es hablado por sesenta y cinco millones de personas. Tiene cuatro o cinco veces más hablantes que el camboyano, el segundo idioma austroasiático más hablado. Los lingüistas lo consideran una lengua tonal y como muchas lenguas del sureste asiático, el vietnamita es una lengua analítica. No usa la morfología para indicar, caso, género, número o tiempo como la mayoría de las lenguas europeas.

Algunas etnias tienen su propio dialecto. El francés es hablado como segunda lengua. El inglés se usa para el comercio y en la industria turística.

Alexandre de Rhodes, también desarrolló el primer diccionario portugués-latín-vietnamita.

En 1655 fue enviado a Persia donde permaneció hasta su muerte.


jueves, 23 de abril de 2015

Brújulas y Espirales: Andrés Trapiello "Ayer no más"

Blog literario de Francisco Martínez Bouzas

miércoles, 3 de octubre de 2012


"AYER NO MÁS" DE ANDRÉS TRAPIELLO. AVANCE EDITORIAL


Ayer no más
Andres Trapiello
Ediciones Destino, Barcelona, 2012, 310 páginas.

  

   Andres Trapiello (Manzaneda de Torío, León, 1953), narrador, ensayista y poeta, es un autor imprescindible de la actual literatura española. Un “must” con un amplio número de títulos salidos de su pluma.  Títulos como La noche de los Cuatro Caminos (2001), Los amigos del crimen perfecto (Premio Nadal, 2003), Al morir don Quijote (2004, Premio de Novela Fundación José María Lara, Prix Littéraire Européen Madeleine Zepter en el año 2005 a la mejor novela extranjera), Los confines (2009); las cuatro entregas hasta ahora publicadas del diario Salón de pasos perdidos forman parte de la mejor narrativa publicada en español en este siglo.
   De las manos diligente de Alba Fité, Cristina Castillón, Silvia Coma... del departamento de comunicación de Ediciones Destino me acaba de llegar la nueva y esperada novela de Andrés Trapiello, Ayer no más, una reflexión en clave ficcional sobre la memoria, el perdón y el olvido y en la que el lector percibirá la guerra civil española desde parámetros o enfoques distintos de los habituales que se están convirtiendo en pocos menos que tópicos. Porque Andrés Trapiello, con visión narrativa alejada de todo maniqueísmo “se ha ganado el prestigio de ser el gran especialista sobre las heroicidades y pecados de ambos bandos de la contienda”
   De la presentación editorial, y en espera de una valoración crítica personal, entresaco las siguientes anotaciones referidas a la sinopsis y a algún otro aspecto de la novela:
   Un niño presencia el asesinato a sangre fría de su padre en los primeros días de la guerra. Setenta años después  reconoce de forma fortuita en una calle de León a uno de los que participó en aquel desmán, un conocido empresario que se niega a confesar dónde enterraron a su víctima. Es testigo del encuentro el hijo de este, José Pestaña, profesor universitario y miembro de una agrupación de la memoria histórica. Este enfrentamiento entre víctima y victimario y el deseo de J. Pestaña de conocer los hechos y de que se haga justicia, le enfrentará  a su padre, y a todos aquellos que tratan de falsear el pasado con tal de justificar sus propios deeos de revancha.
   Es a raíz de esta contundente y radical premisa que Andrés Trapiello construye de forma sumamente incisiva Ayer no más. Una novela que nos recuerda que la Historia no es un mero relato en blanco y negro, de victimas y verdugos, sino una amalgama de grises que pueblan los escenarios en el que vivieron y actuaron víctimas y victimarios.
   Porque la Historia que se ocupa de los hechos generales y de las grandes panorámicas, es siempre incompleta. La novela, contrariamente, se fija en individuos concretos cuyos dramas indaga. Es la premisa que hace que Andrés Trapiello recurra a la novela y a la relación entre un padre de reminiscencias fascistas y un hijo con un pasado comunista. Ambos bucearán en los ojos del otro para encontrar el reconocimiento y la fuerza para descubrir la Verdad.
   Novela construida de forma poliédrica, a través de varias miradas que traducen lo que ven en un relato en primera persona. A medida que avanzan las páginas son estos protagonistas los que hablan directamente al lector sobre sus experiencias y sus sentimientos, adentrándose en la psique de cada uno de ellos para descubrir que nada es lo que parece, que nada es tan simple ni siquiera en tiempos de paz y mucho menos cuando suenan los tambores de guerra.
   Novela pues, libro de culto como Las armas y las letras, un libro de ensayo de su autoría editado en 1994 y revisado en 2010, que no deben perderse todos los buenos lectores que siguen la obra literaria de Andrés Trapiello y están interesados en su visión plural y no maniquea sobre la guerra civil porque Trapiello no piensa volver a escribir sobre la misma. Su posición como escritor sobre el papel de la memoria en esta novela se resume en esta frase: “La memoria es algo que hay que cultivar; el olvido crece solo”

Francisco Martínez Bouzas



Andrés Trapiello, foto: La Vanguardia

Fragmento

“No le pregunté cómo se ha enterado. Me ha llamado mamá. Mi padre ya lo sabe. Supongo que mi padre leería las esquelas. Es lo único que ha leído en su vida. Se publicaron dos, una para él y otra para su madre. Se ve en las dos la mano de Mariví: «Doña Honorina  Álvarez Ardón, viuda de Don Ángel Custodio Reguera, ha fallecido en León a la edad de 102 años sin conocer el paradero del cuerpo de su esposo, asesinado el 15 de agosto de 1936 en La Fonfría (Carrocera) por los enemigos de la democracia y la libertad.» «Graciano Custodio Álvarez ha fallecido en León a la edad de 78 años sin conocer el paradero del cuerpo de su padre, asesinado en La Fonfría (Carrocera) el 15 de agosto de 1936 por los enemigos de la democracia y la libertad.»
   No he hablado con mi padre desde antes del verano, desde que nos encontramos en Seisdedos. Mamá llama a escondidas”

(Andrés Trapiello, Ayer no más, página 273)

martes, 21 de abril de 2015

Nicolás Guillén: La Muralla


Nicolás Guillén
Camagüey, Cuba, 1902 - La Habana, Cuba, 1989



Para hacer esta muralla,
tráiganme todas las manos:
Los negros, su manos negras,
los blancos, sus blancas manos.
Ay,
una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
allá sobre el horizonte.

—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—Una rosa y un clavel...
—¡Abre la muralla!
—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—El sable del coronel...
—¡Cierra la muralla!
—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—La paloma y el laurel...
—¡Abre la muralla!
—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—El alacrán y el ciempiés...
—¡Cierra la muralla!

Al corazón del amigo,
abre la muralla;
al veneno y al puñal,
cierra la muralla;
al mirto y la yerbabuena,
abre la muralla;
al diente de la serpiente,
cierra la muralla;
al ruiseñor en la flor,
abre la muralla...

Alcemos una muralla
juntando todas las manos;
los negros, sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.
Una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
allá sobre el horizonte...




domingo, 19 de abril de 2015

Castillo de Manzanares el Real (Madrid)

Castillo de los Mendoza
Manzanares el Real (Madrid)

Cerca de Madrid, junto a la presa de Santillana y al pie de la Sierra de Guadarrama, surge el castillo de Manzanares el Real. Es propiedad de la Casa Ducal del Infantado, si bien su administración y uso corresponde a la Comunidad de Madrid.

Don Diego Hurtado de Mendoza, el primer duque del Infantado, cita en su testamento, del año 1475, el castillo que “yo fago”, que es éste, del que estamos tratando.

Actualmente es uno de los castillos mejor conservados de la comunidad madrileña y alberga un museo de los castillos españoles, también es sede de una colección de tapices.
Patio interior. Castillo de los Mendoza

Es un palacio-fortaleza erguido en el siglo XI, sobre una ermita románico-mudéjar, de recia planta cuadrada con torres cilíndricas en los ángulos que lo flanquean y poligonal torre del Homenaje. 

Está rodeado de muralla y tuvo foso. 


Como característica arquitectónica especial hay que destacar la galería construida sobre el adarve del frente sur, que se viene atribuyendo sin prueba alguna al gran arquitecto Juan Guas, autor del Palacio del Infantado de Guadalajara y uno de los artífices de la época de los Reyes Católicos.

Lo circunda una barbacana cuyas saeteras llevan esculpidas en bajo relieve la cruz del Santo Sepulcro de Jerusalén. Otros elementos defensivos son sus troneras.

En 1982 el castillo albergó el acto de constitución de la Asamblea de Parlamentarios de Madrid, en el que tuvo lugar la ponencia redactora del Estatuto de Autonomía.

Vista del embalse de Santillana

Fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931.


Don Pedro González de Mendoza, el gran cardenal, tuvo alojada en este castillo a su amiga doña Mencía de Lemus, de quien tuvo dos hijos que legitimó.

Es perfecto para recrear la época de las Cruzadas y los grandes caballeros. Por lo que muchas películas de gran presupuesto, tales como: Locura de amor (1948), Balarrasa (1950), La fierecilla domada y Recluta con niño (1955), Alejandro Magno con Richard Burton (1956), se han rodado aquí. 















Fotos: Wikipedia, la enciclopedia libre.

viernes, 17 de abril de 2015

Cristina Vázquez: Los buenos propósitos


                                  


La letra A de su nombre bordada en el juego de novia era demasiado ancha, pensó Aurora mientras la raspaba con la uña; pero su madre se había empeñado.
Su madre era una mujer enérgica para todo, excepto para la labor.
Siempre estaba echando puntos en unas agujas rojas, y al cabo de un rato lo deshacía para volver a empezar.
Y el silencio se partía entre el ruido sordo de sus dedos en la lana o el de su anillo tropezando contra el metal de las agujas. Agujas rojas, primorosamente rojas.
Esa mañana no sonaba la cafetera, el sol salía lento y Aurora calculó que la planta de la ventana había crecido un centímetro.
Esa mañana el tren salía a las ocho.
Al abrir la puerta con sigilo apareció su madre, imponente, con una sonrisa torcida.
-         Ni lo sueñes, tú no vas a ningún sitio. Tu obligación es casarte y punto.
Aurora sintió un escalofrío y vio las agujas en el sillón. Su madre las miró con la misma velocidad que ella las cogía.
-         Apártate-,  le contestó y bajó con un impulso ciego.

Al llegar a la calle sin resuello, se dio cuenta de que tenía las manos manchadas de sangre. 




© Cristina Vázquez Salinero






miércoles, 15 de abril de 2015

Museo del Prado: “La Lechuga”


Custodia de la iglesia de San Ignacio de Bogotá
"La Lechuga" 



En 1700 a José de Galaz, los jesuitas de Santa Fe de Bogotá,  le encargaron la realización de una obra. Fue entregada el 16 de julio de 1707. Es la Custodia de la iglesia de San Ignacio de Bogotá.

Una maravilla con sus ochenta centímetros de altura, sus casi cinco kilogramos de oro fundido de dieciocho quilates, sus calados, sus esmaltes e incrustaciones de piedras preciosas donde podemos encontrar: un zafiro, trece rubíes, veintiocho diamantes, sesenta y dos perlas, un topacio, ciento sesenta y ocho amatistas sin tallar más cuatro talladas y mil cuatrocientas ochenta y cinco esmeraldas. Tiene en su parte superior un sol con veintidós rayos mayores rematados en pequeños soles adornados con esmeraldas y veinte rayos que acaban con perlas barrocas. Sobre el sol una cruz de esmeraldas. En la parte media la figura de un ángel con las alas extendidas y, los brazos sosteniendo el sol. Debajo del ángel dos nudos para poderla mostrar a los fieles. Por último la peana con ocho lóbulos decorados con hojas de acanto, hojas de vide y uvas, figuras zoomorfas y querubines.  

La mezcla de ese oro con las esmeraldas hace que la obra se pigmente de un verde intenso. Es por eso que se le llama “La Lechuga”.

En un primer momento la obra permaneció en la iglesia de San Ignacio hasta 1767 cuando Carlos III decretó la expulsión de los jesuitas. En 1985 la adquirió el Banco de la República de Colombia.

Hoy podemos ver este prodigio de la orfebrería barroca colombiana como obra invitada en el Museo del Prado en Madrid, desde el 3 de marzo hasta el 31 de mayo de 2015. Es la primera vez que sale de Colombia. No te la pierdas.





  Foto: Wikipedia, la enciclopedia libre

lunes, 13 de abril de 2015

Marisa Caballero: La Lección


Melón Santa





A Morata de Tajuña






Tengo la suerte de tener varios pueblos, son aquellos en los que vivo o he vivido y de que sus gentes me hayan adoptado. Lo digo así porque la mayoría me considera nativa, me recibieron con los brazos abiertos y lo continúan haciendo, aunque hayan transcurrido, en algunos casos,  demasiados años, cuando los traslados me separaron de ellos. Yo nunca dejo de visitarlos, son una parte de mi vida. Los siento míos.

En el que transcurrió mi niñez y el inicio de la adolescencia,  me ocurrieron múltiples anécdotas, ¿quién no recuerda su niñez? Una de ellas es la que voy a relatar, debido a que gracias a ella, aprendí a respetar la propiedad, el trabajo ajeno y que aquello que aparentemente abandonado y sin dueño, casi seguro lo tiene.

Debía tener ocho o diez años cuando el Ejército de Tierra;  entonces se hacía la mili, estableció en un lugar alejado del pueblo; Valdegatos, un centro de instrucción de reclutas. Aquello era algo que llamaba mucho la atención, especialmente a los niños.

Desde mi casa veía bajar las compañías, muy bien agrupadas; eso me parecía, si el viento soplaba en forma favorable, podía escuchar en la lejanía como las voces de aquellos hombres entonaban “Margarita se llama mi amor”, o alguna similar. Siempre intentaba hacerme la remolona para ir al colegio, lo que no conseguía. En la enorme cuadra de mi casa, que nunca vio un caballo,  se convirtió en almacén de los aparatos de gimnasia, plintos, potros forrados de cuero marrón, espalderas.  Al pasar a recogerlos los soldados, aquellos señores que veíamos mayores,  para llevarlos al antiguo campo de fútbol, hablábamos con ellos, nos hacía sentirnos importantes,  ¿para qué servían?, pronto lo supimos y a escondidas los utilizamos.

Al salir del colegio, íbamos a ver como  los soldados aprendían a hacer instrucción, siempre oíamos lo mismo, solo puedo transmitir la onomatopeya, auh oh, eh aro, auh oh, eh aro..., que no tiene ningún sentido, pero que efectivamente conduce muy bien el paso.

En una de estas visitas al campo de fútbol, alguno de los mayores,  descubrió que en la tierra de enfrente había un melonar, según ellos abandonado, pero con pequeños melones. Y surgió el negocio. En el descanso vendimos alguna de aquellas frutas a los soldados sedientos.

Realizada la venta, llegué a  casa muy contenta, había sacado 3 o 4 pesetas, fulanito no sé cuánto y menganito mucho más. Lo que yo no contaba, es que a mi padre aquél negocio no le iba a parecer bien. Muy serio nos mandó entrar a todos en la Sala de Armas; de frente foto de Franco como la que aparecía en los sellos de correos, de Capitán General con un gran capote, a la izquierda mapa utilizado, no se por quién en la Batalla del Jarama; hoy en un museo.  A la derecha ocho o diez mosquetones; fusiles que debían ser de finales del siglo XIX, y que pertenecían a los somatenes.  Supimos de inmediato que aquello no tenía buena pinta, nunca entrábamos allí.  Nos preguntó de dónde habíamos sacado el dinero, y ordenó que en montoncitos lo depositáramos sobre  la mesa. Detallamos la finca donde habíamos cogido los melones. Nos mandó a casa a por nuestras huchas y un guardia fue a buscar al propietario.

Me imagino la cara del aquél hombre cuando le pidieran ir de inmediato al Cuartel de la Guardia Civil, por la apropiación indebida de sus melones. Lo que sí recuerdo es su cara cuando vio a los autores, abrazados a su hucha.

Cada uno detalló los que había vendido, el propietario decía que no tenía importancia que aquellos melones por su tamaño ya no se cogían, y que en breve se arrancarían para preparar la nueva siembra. Nuestras caras mostraban esperanza, pero no, se aplicó el precio de mercado a cada melón, se entregó al dueño el dinero obtenido en la fraudulenta venta, y aunque aquél señor no quería recibir más, las huchas de barro recibieron un martillazo y se abonó la diferencia.

Estas cosas ahora dicen que producen trauma, a mí no me lo produjo, aprendimos pragmáticamente la lección, y estoy agradecida a mi padre por la lección y al dueño del melonar, que posiblemente ya no esté,  aunque le pedí perdón en su momento mi agradecimiento por recibir el dinero con una sonrisa.






© Marisa Caballero

domingo, 12 de abril de 2015

Mi tercer cumpleaños





Mil gracias, gracias mil, por esas OCHENTA Y CINCO MIL visitas que me llenan de orgullo, de placer, de amistad.


Mil gracias, gracias mil, por vuestra fidelidad, que desde Alemania, Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Croacia, Chile, China, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Honduras, Indonesia, Letonia, Malasia, México, Panamá, Perú, Polonia, Portugal, Puerto Rico, Reino Unido, Rusia, Suiza, Ucrania,Venezuela, me leen cada día y me animan a continuar.


Sois los mejores lectores del mundo.


Mil gracias, gracias mil, a todos los colaboradores que me hacen prosperar y me dignifican con sus aportaciones.


Mil gracias, gracias mil por vuestros comentarios y por pulsar una estrella para dar vuestra opinión.



Mil gracias.
Gracias Mil.


sábado, 11 de abril de 2015

Alejandro Chanes Cardiel: El despertar de las cosas


Vaca con su ternero recién nacido





Volví a la casa en el pueblo donde pasé los veranos de mi adolescencia. Al recorrer las diversas estancias, comprobé que la sala del piso, que llamábamos de arriba, no había cambiado. En primer lugar la cómoda, sólida, de madera de nogal con unas columnas torneadas a cada extremo, sus tiradores dorados y en su cubierta una palmatoria antigua y un vaso con flores secas. Aquel mueble que llenaba el espacio era, para mí,  un referente importante de aquella habitación, en la que, además, había dos alcobas. Algunas sillas, un baúl con láminas metálicas de colores y cuadros con motivos religiosos completaban la decoración.

 Me acosté al llegar la noche pero, fatigado, apenas pude leer, según mi costumbre, y con las campanadas del reloj de la torre de la iglesia, fui cayendo en el sueño. Y entonces sucedió. Las sillas se movieron y, entre bostezos, estiraron sus patas.

 En la cómoda, se fueron abriendo, poco a poco, los cajones; en el primero de ellos, las figuras  reflejadas en antiguas fotografías, hablaban de tiempos pasados; una caja forrada de conchas, abría y cerraba la tapa emitiendo sonidos marinos; un misal con cantoneras de plata, comenzó a entonar cánticos gregorianos. 

De otro cajón, salieron sábanas que se desperezaron, extendiéndose, para, después, iniciar un baile acelerado. También salieron toallas que se deslizaban suavemente por el entarimado y, más tarde, se encaramaron en las sillas que, alegres, las acogieron. Salió un traje regional y, acompañando a los demás, se puso a bailar una jota de la tierra. Era fenomenal la zarabanda que se había armado.

El sonido del despertador me hizo abrir los ojos. Miré a mi alrededor, todo estaba igual que antes de acostarme. Todo no, por un cajón entreabierto vi sobresalir la punta de una de las toallas danzantes.

En la calle, con el rítmico sonido de las esquilas, un grupo de vacas acompasaba su paso camino de los prados.


© Alejandro Chanes Cardiel