lunes, 18 de enero de 2016

Acrópolis de Atenas (Grecia)

Friso interior del Partenón. Museo Británico. Londres

Incluso para los atenienses, la contemplación de la Acrópolis sigue resultando impresionante, a pesar de que el tiempo, la guerra, los terremotos y la contaminación han deteriorado la colina sagrada y su gran joya, el Partenón uno de los monumentos más importantes de Occidente.

Desgraciadamente muchos de los monumentos de la acrópolis han sido expoliados o destruidos a lo largo de los años  o se encuentran en museos, por lo que han sido reemplazados con réplicas.

Columnas dóricas del Partenón
Habitada desde el neolítico, la Acrópolis (Ciudad alta) fue utilizada como fortaleza y lugar de culto, y los arqueólogos creen que hubo un palacio micénico en la cumbre.  Posteriormente se construyeron en ella varios templos en homenaje a la diosa Atenea.  Tras la destrucción de los edificios por los persas  en el 480 a.C., Pericles puso en marcha un ambicioso programa de reconstrucción que la transformo en una magnifica ciudad de templos.  En los siglos siguientes fue utilizada como fortaleza militar por los sucesivos ocupantes y los edificios fueron convertidos en iglesias, mezquitas, etc. Todas las estructuras construidas por francos y otomanos fueron destruidas tras la independencia. En 1687, los venecianos atacaron a los turcos y abrieron fuego sobre la Acrópolis, lo que provoco una gran explosión que causó graves daños a los edificios, debido que el Partenón era utilizado como polvorín.
Fachada del Erecteión. Carátides

La Acrópolis se extiende sobre unas tres hectáreas en un promontorio de aproximadamente ciento cincuenta metros de altura.  En el siglo V a.C, conoce su apogeo con la construcción de la entrada monumental de los Propileos, el templo de Atenas Nike, construido por Calícrates en el 420 a.C., el Partenón, situado en el punto más alto de la Acrópolis y el Erecteión,  que se construyó en el lugar más sagrado, donde se libró la batalla entre Atenea y Poseidón.  Este golpeó el suelo con su tridente e hizo brotar un manantial de agua,  a lo que la diosa respondió creando el olivo, por lo que los atenienses la declararon victoriosa. Llamado así en honor de Heliconio, el mítico rey de Atenas, en él se adoraba a Atenea, Poseidón y a Heliconio.  Las seis doncellas que sostenían el pórtico son las famosas Cariátides, inspiradas en las mujeres de Caria.  Las sucesivas dinastías, incluso los emperadores romanos continuaron embelleciendo la colina sagrada.

Vista del Partenón







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