lunes, 1 de agosto de 2016

Amantes de mis cuentos: Mala suerte

Mausoleo de Halicarnaso.
Grabado de Martin van Heemskerck (siglo XVI)



La genética es lo que tiene. Mi madre era dueña de unos ojos verdes preciosos heredados de mi abuelo, al que llamaban el rojo no por connotaciones políticas sino por la abundante caballera de ese color. Tenía una elegancia que hasta vestido de trapillos parecía un marqués.

Mi abuela paterna, con una cara preciosa y un cuerpo escultural, se fue del pueblo y no regresó hasta no haberse casado con uno que tenía los bolsillos llenos.

Fue muy generosa. Construyó para toda la familia el más grande y ostentoso mausoleo que existe en el cementerio municipal. ¡Lástima! No se le ocurrió comprar una casa para cada uno de nosotros.


Pues con todos esos antecedentes, heme aquí en vida: canijo, calvo, miope y pobre.




© Marieta Alonso Más         

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