martes, 27 de septiembre de 2016

M. J. Pérez: De puertas y ventanas






Estos últimos meses me ha dado por pensar en algunos dichos populares. «Quien adelante no mira atrás se queda» o «El que la sigue la consigue» han rondado mucho por mi cabeza desde un tiempo a esta parte, sin embargo creo que la expresión que ha marcado mi existencia cercana ha sido «Cuando se cierra una puerta se abre una ventana».

A veces he pensado que la vida no es más que una sucesión de batallas que tenemos que  luchar y en las que siempre me tocaba la mano perdedora. Durante meses, intenté salir del naufragio que era mi vida sin conseguirlo. Pues cuando parecía que algún buen samaritano me tendía una mano, sólo era para hundirme más. Para dejarme claro que mis sueños cada vez estaban más lejos de mí.

La oscuridad se enroscaba alrededor de mis piernas y brazos y me arrastraba más y más abajo. Pero de pronto, algo dentro de mí me dijo que para salir no debía confiar en personas extrañas. Yo misma, mi familia y mis amigos eran la solución. Apreté los dientes y comencé a nadar con todas mis fuerzas. Escuchaba sus voces, sus ánimos y todo su cariño. Me daban las fuerzas que tanto necesitaba.

Porque es en esos momentos cuando te das cuenta quien está a tu lado y quien sólo te ha querido cuando eras la alegría de la fiesta. Estas vivencias me han ayudado a comprender cuán cierto es que a veces se cierran puertas porque otras mejores están a punto de abrirse. Tomad esto que os cuento como una enseñanza de vida, como una oda a ser positivos. Porque siempre hay algo bueno en medio de un aluvión de sombras. Sólo tenemos que encontrarlo.

© M. J. Pérez




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