jueves, 9 de febrero de 2017

La cocina a mi alcance: Bocadillo de calamares




Mi amiga Pepa, muy castiza ella, cada vez que nos vemos me invita a hacer nuestra Ruta particular del Bocadillo de Calamares.

Los téutidos son muy populares en Madrid, en Zaragoza, en Cantabria, en el País Vasco, para qué perder el tiempo con tanto detalle, si gusta en toda España.

Pedí la receta a mi amiga, muy chula ella me responde sin respirar: A esos moluscos cefalópodos los rebozas en harina y los fríes en aceite de oliva hirviendo hasta que queden dorados.

No es justo. Eso es lo que diría una profesional a otra chef, pero recuerda Pepa que es a mí a quien se la estás dando.

Respira hondo y me indica los pasos:

Ingredientes:

3 calamares
½ limón
Sal
1 vaso de leche
Aceite de oliva
2 huevos
Harina

Preparación:

Los calamares bien limpios. Solo el cuerpo (no quieras aprovechar las patitas y las aletas). Los cortas en rodajas de un centímetro más o menos de grosor y los pones en leche durante al menos media hora, para que estén más tiernos. Después los enjuagas, los escurres, (es importante no tengan agua para que no te salten en la sartén), le echas un poco de sal y el jugo de medio limón. Lo pasas por harina y luego por huevo batido. Los fríes en aceite de oliva bien caliente hasta que se doren. Los pones en papel absorbente para que elimine el aceite sobrante. Y listo. 

A Pepa le gusta el bocadillo con el pan lleno de miga. A mí, siendo pan, cualquiera, pero me gustan que los calamares tengan ese ligero sabor a limón más intenso y después de fritos les exprimo otro citrus. Cada vez que estrujo uno me lleno de salpicaduras la ropa. Menos mal que siguiendo los consejos de mi madre llevo en el bolso, un poco de talco para emergencias. Si mal no recuerdo es lo ideal para las manchas de grasa, pero yo lo utilizo para todo. Tantas veces me salpico con lo que haya en el plato que Pepa está convencida de mi pertenencia a la familia de los “chupa lámparas”.

A ella, a los calamares, le gusta agregarles mayonesa. Suele acompañar los bocatas con una caña de cerveza muy fría. Yo tomo mosto. Ella los llama calamares, tal cual. Yo rabas, por el simple hecho de llevarle la contraria.

Una vez al mes comenzamos nuestra andadura en la Plaza del Emperador Carlos V, (Glorieta de Atocha para los madrileños), seguimos hasta la calle Botoneras, nos vamos a la calle Ciudad Rodrigo, y terminamos en la Plaza Mayor.

Luego queremos adelgazar.




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