sábado, 13 de mayo de 2017

Tailandia: Viaje soñado

Templo dentro del recinto del Palacio Real

Érase una vez un musical «The King and I». 

En 1980 estando de visita en Londres una joven, madrileña de adopción, pudo disfrutar de este maravilloso espectáculo que catapultó a la fama a Yul Brynner. Fue uno de los papeles más emblemáticos de su carrera, mas para ella, fue el actor que hizo que entendiese inglés, sin haberlo estudiado en profundidad. Una dicción maravillosa la de aquel hombre. Y desde entonces soñaba con visitar el país de Siam, hoy Tailandia, localizada en la península de Indochina y con su parte meridional ocupando la península de Malaca.

Siam fue hace siglos un conjunto de reinos dispersos. El reino de Sukhotai, fundado en 1238, se considera el embrión de la nación. Es el único país del sudeste asiático que nunca ha sido colonizado por una potencia extranjera. Su capital Bangkok significa «olivos»

Sus costas las baña el mar de Andamán y el golfo de Tailandia. Hace frontera con Birmania -hoy Myanmar-, Camboya, Laos y Malasia. No comparte frontera ni con China ni con Vietnam. pero están a menos de cien kilómetros de distancia.

El III rey Ramkamhaeng fue el creador del alfabeto tailandés que no tiene conjugaciones y estableció el budismo theravada como la religión del reino. 
Distintas posturas de Buda en Wat Pho

La gastronomía… ideal. El coco es multiuso. Sirve para todo. La pulpa nunca se comerá sin rallar y la leche de coco es indispensable en la gastronomía thai. También las hierbas de lima. Mucho pollo, pescado y arroz. Piña, papaya, mangos, plátanos tamaño tailandés…

Natalie en Chiang Rai



Pudo cumplir su sueño rondando la tercera edad. Desde el primer momento se sintió fascinada por subir con algo de dificultad sobre una elefante llamada Natalie cruzando ríos y selva, por pasear en un carro tirado por búfalos, por descender emocionada un río en una balsa de bambú, por contemplar las orquídeas en Chiang Mai -llamada la «Rosa del Norte»-; por sentir sobre la cabeza y hombros a los monos en Lopburi; por el masaje tailandés en Chiang Rai; por los templos, por los monjes (¡Anda! No hay monjas en Tailandia).

Por admirar el «Triángulo de Oro» en el que se juntan las fronteras de Tailandia, Myanmar y Laos, bordeados los tres por el legendario río Mekong, antiguamente dedicado al tráfico de opio; por caminar por las plantaciones de té; por cruzar la frontera y conocer Ta-Ki-Lek un pueblo birmano donde visitó el templo de las monjas rosas (¡Anda! Sí hay monjas en Birmania).
Mujer jirafa

Por los mercadillos nocturnos; Ayutthaya; Sukhotai; la tribu Akha que llevaron minifalda mucho antes que en occidente; la tribu Yao que bebe vino de arroz; los trajes de colores brillantes de todas las tailandesas, los padaung más conocidos por sus mujeres de cuello de jirafa, que a la edad de cinco años comienzan a ponerles un anillo al cuello, y a los dos años otro y así sucesivamente, porque la leyenda cuenta que solo las niñas nacidas en miércoles de luna llena adquieren el privilegio de convertirse en auténticas mujeres jirafa; por cruzar el puente sobre el río Kwai recordando la película que no tiene nada que ver con la realidad; y la llegada a Bangkok... con sus muchos canales, conocidos como Klongs. Por ellos se ha ganado el nombre de «Venecia del Norte». 

Niña de la etnia padaung

Comprobó cuánto se aprovecha la vida en el río Chao Phraya, por donde se deslizan barcos de remos, de motor y vio que al lado de las viviendas hay casitas de espíritu, y que son los muertos de la familia quienes protegen la casa.

Para ella fue imprescindible visitar el impresionante complejo del Gran Palacio Real, símbolo de la ciudad y antigua residencia oficial del rey, por estar considerado como uno de los palacios más bellos del mundo por su exquisita decoración mezclando el estilo tradicional tailandés con influencias renacentistas.


En Tailandia no existe el aburrimiento, constató. Y tornó feliz a su Madrid, reconociendo con hondo pesar que no regresó hablando thai, porque ella... nunca tuvo facilidad para los idiomas. 


Rio Chao Phraya. Bangkok

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