LA
ESPIRAL
Asustada, la frente sudorosa. Frío. Oscuridad.
Y la imperiosa sensación de no estar sola.
Buscó a tientas el interruptor de la lámpara de su mesilla. Extendió nerviosa su mano hacía la hambrienta negrura, palpó a la espera de sentir el
tacto de una monstruosidad sin nombre. Pulsó
el interruptor y no ocurrió nada. Fue entonces cuando escuchó aquel sonido,
como el de un cuerpo pesado arrastrándose por el suelo del pasillo. Después
sintió el olor. Nauseabundo. Corrupto. Mortal.
Una silueta oscura y malformada
apareció en el umbral del cuarto. Por fortuna, la mujer no alcanzaba a verla
con claridad. Temblorosa, se parapetó tras las sábanas, como si de un
inexpugnable bunker se tratara. Y desde allí, comprobó con angustia cómo la
silueta se acercaba a los pies de su cama.
Un grito de pánico surgió de su
garganta. Sentándose en la cama con rapidez, la mujer se despertó. No había
sido más que un mal sueño.
En ese instante un escalofrío recorrió
su cuerpo. En el pasillo algo había comenzado a arrastrarse…
La Espiral por David García Martín se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Qué bueno!!!
ResponderEliminarLa recreación de la atmósfera está muy bien. He olido, sentido, oído arrastrarse al monstruo o... tan solo era mi imaginación???
Enhorabuena a David y muchas gracias a Marieta por acercarnos a otro tipo de relatos.
Carmen Dorado
Yo... ¿que queréis que os diga?, que llevo muchos años leyendo lo que David escribía en cualquier papel que caía en sus manos. Adelante peque, sigue con ello con la misma ilusión que pones siempre en todo.
ResponderEliminarY a ti Marieta, gracias, gracias, gracias por todo.