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domingo, 27 de octubre de 2013

Leyendas polacas: El nacimiento de una nación

Escudo de Polonia


Hace muchos, muchos años, más de mil, tres hermanos llamados Lech, Czech y Rus estaban perdidos por la selva centroeuropea en busca de caza. Tras largo caminar llegaron a una colina en medio de una llanura de verdes prados. Se sintieron cansados, así que decidieron descansar un poco.  

Lech que era el mayor de los tres hermanos, divisó en un roble cercano un nido de águilas. Un águila blanca lo sobrevolaba. Los tres se quedaron mirando tan bella escena pues detrás del nido y del águila, el sol poniente brillaba de colores.

-          ¡El águila es un buen presagio de los dioses!, dijo Lech a sus hermanos.

Estos asintieron.

-          Voy a trepar a ese árbol y echar un vistazo alrededor.

Según ascendía iba viendo el nido en lo alto de las ramas pero el águila volaba junto a él. Le vigilaba. Se sentó en una rama y un polluelo de águila se posó sobre su hombro. El águila seguía aleteando con mayor fuerza. Había escalado lo suficiente para poder ver muchas millas a lo lejos, en todas las direcciones. Hacia el norte vio una gran extensión de agua. Hacia el este vio una infinita llanura de tierra fértil y plana y hacia el sur había colinas donde el ganado podía pastar. Al oeste había un espeso y oscuro bosque.

Lech bajó del árbol y contó a sus hermanos lo que había visto. Cada uno de ellos tomó la decisión de separarse.  

Czech quiso caminar hacia el sur y al llegar allí fundó el país de los checos.

Rus opinaba que lo mejor era ir hacia el este donde podía trabajar la tierra y sin pereza echó a andar para crear un nuevo país: Rusia.


Lech decidió quedarse allí mismo. Sobre la colina construyó una ciudad a la que llamó Gniezno, que significa “un nido” en lengua eslava y la convirtió en la capital de un país llamado Polonia. Fue el primer duque de Polonia. Su escudo tiene un águila blanca sobre un fondo rojo.


Fuentes:
Apuntes de Marieta Alonso. Viaje turístico a Polonia.
Polonia. Editorial Festina. Varsovia.  

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