Una tarde estupenda.
Una charla muy amena.
Un coloquio que destilaba curiosidad, alegría y amor.
Cuarenta y tantos amantes de los libros escucharon con atención, se rieron con mis cuentos y aprendieron ¡hablar cubano!
Siento que me embarga una sensación maravillosa.
Muchas gracias a todos.
Marieta en su salsa... cubana por supuesto aunque con un fuerte aderezo español. Felicidades!!!
ResponderEliminar¡Qué ritmo! Te eché de menos. Besos
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