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martes, 27 de mayo de 2014

Alejandro Chanes Cardiel: Paisajes con luces y sombras

Aquella mañana, la soledad era completa en la alameda. Allá, la senda que llevaba a la lejana aldea trazaba una raya parda entre el verde de la braña. En las arroyadas de las laderas, las aguas procedentes de las nieves en las crestas de la montaña, al reverberar, eran semejantes a hilos de plata.

El día fue haciendo su camino. La vida en el villorrio había iniciado ya el trajín cotidiano. En los rediles, las ovejas salían a los pastizales y en las calles, las gallinas picoteaban en la tierra humedecida persiguiendo lombrices. Se veían corrillos de mujeres intercambiando noticias, al tiempo que, en la herrería, se escuchaba el tintineo del martillo.

Al mediodía, otra vez el silencio, los rayos del sol perpendiculares. Era la hora de la siesta. Sin embargo en la casa más cerca del río, el trajín de su gente y el ir y venir, denotaba que algo sucedía. Así, enseguida se oyó el vagido de un niño. Era el principio de una vida en aquella tórrida tarde en un silente poblado.

Cuando ya el sol iba en declive, ligeras guedejas blanquearon el cielo en la lejanía para transformarse en oscuros nubarrones que velaron el crepúsculo y arrastrados por el viento fueron cubriendo todo de sombras. La noche trajo la total oscuridad. El vendaval azotaba las copas de los árboles y la tormenta estalló acompañada de fulgurantes relámpagos seguidos del ruido de los truenos. La lluvia caía con fuerza y la tenue luz de las farolas alumbraba las aguas en su andadura por las calles a la búsqueda de ignotos océanos.

Todo estaba en tinieblas excepto la ventana de una casucha donde temblequeaba el destello de una vela. Tras el cristal se podía ver el camastro en el que un hombre, con el rostro cerúleo, lanzaba su último estertor, acompañado por el canto fúnebre del sonar de las campanas en la torre de la iglesia.

2 comentarios:

  1. Me parece un bonito audiovisual, tal es su potencia descriptiva, que muestra serenamente el transcurso de la vida alejada del "glamour" y la sofisticación de las ciudades. Me gusta. Enhorabuena.

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  2. Me gusta mucho, aunque es un poquito triste.

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