Armand Jean le Bouthillier de Rancé Fundador de los trapenses |
Es frase que al parecer
procede de los monjes trapenses, así llamados por su Orden religiosa que nació
en Orne, Baja Normandía, Francia, en la Abadía de la Trappe, donde su abad
Armand Jean le Bouthillier de Rancé, encabezó una reforma de la Orden del
Císter, a la que pertenecía el monasterio, retornando a la primitiva
observancia y regla de San Benito.
Su hábito se compone de
túnica blanca, escapulario negro (los novicios lo llevan blanco) y correa
marrón, colocada a modo de cíngulo, por encima del escapulario.
Los
trapenses – escribe Vicente Vega en su Diccionario de frases célebres- tienen
siempre presente la idea de la muerte; a diario rezan al borde de la fosa que
cada uno se prepara desde el primer día del cenobio; guardan un silencio
absoluto y cuando se cruzan dos en el transcurso de las faenas agrícolas e
industriales a que se dedican, como única salutación cambian estas palabras.
En España suele
decirse: Hermano, morir habemos, a lo
que el interpelado responde: Ya lo
sabemos.
Subsiste hoy este
diálogo en algunas cofradías piadosas, por ejemplo, en la de Nuestra Señora de
los Dolores, del pueblo de Villacañas (Toledo). Los cofrades de Villacañas se
disciplinan en la iglesia, la noche del Viernes Santo, y al final de la
función, dos hermanos, que llevan en sus manos sendas calaveras, se sitúan a la
puerta de la iglesia y van diciendo esta frase a cada uno de sus compañeros,
como saludo y los otros responden.
Decía Jaime Gil de Biedma:
No
volveré a ser joven
Que la vida iba
en serio
uno lo empieza a
comprender más tarde
-como todos los
jóvenes, yo vine
a llevarme a la
vida por delante.
Dejar huella
quería
y marcharme
entre aplausos
-envejecer y
morir, eran tan solo
las dimensiones
del teatro.
Pero ha pasado
el tiempo
y la verdad
desagradable asoma:
envejecer,
morir,
es el único argumento
de la obra.
La atribucion a kos trapenses es errónea, esta frase la pronuncian los cartujos. Saludos
ResponderEliminarMuchísimas gracias por su comentario. Todo es susceptible de mejora y siempre debemos buscar la verdad. Como ve al comienzo del escrito dice: «Al parecer» pues las frases aunque hago alusión al Diccionario de Vicente Vega son a veces de muy difícil atribución.
EliminarSe oye que llamar trapenses a los monjes cartujos es algo así como llamar agustinos a los franciscanos.
Me encantaría si usted le parece bien que ahondara en el tema y pudiéramos publicar el resultado de sus pesquisas. Un saludo afectuoso.
Con esa frase de salutación me solía hacer reflexionar mi padre, recuerdo que mencionaba a unos monjes pero no precisaba cuáles, de niño me atormentaba la muerte de mis padres, mucho tiempo después vino a morir mi padre en una cama de hospital, se marchó tan en silencio que solo note su marcha cuando estando yo en duermevela junto a él, me sobresaltó la ausencia de su respiración, allí mismo le lloré y le dije lo mucho que le quería, ahora, mientras esto escribo, al lado mío respira con dificultad sus últimos momentos la madre de mi esposa. Parece un pajarito desvalido,ya toda consumida, sólo es un pequeño bulto debajo de una manta, no está agitada y no sufre y eso reconforta mucho. llevo pensando en la muerte desde muy joven, espero ir al encuentro un día de lluvia bajo un árbol.. Morir habemus..
ResponderEliminarEscribía Antonio Machado: "La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos."
ResponderEliminarCuesta asimilarla, ¿verdad?
Muchas gracias por su comentario. Un saludo afectuoso.