Dicen que todos tenemos un ángel de la guarda que vela
por cada uno de nosotros con dedicación exclusiva.
Me pregunto si debido al crecimiento de la población
mundial los ángeles no habrán tenido que reorganizarse y tengan que compartir
esos cuidados con varias personas a la vez. No sé qué criterio llevaran.
El caso es que Laura y Vanessa son amigas desde la
niñez y que sus madres cuando nacieron las encomendaron al arcángel Gabriel.
Vanessa es una chica explosiva, tiene una lengua tan
afilada que ni siquiera se da cuenta cuando corta. Sus comentarios son tan
contundentes que aún siendo agnóstica es como si llevara la Biblia bajo el brazo. Respecto
a los hombres ha acuñado la frase de ser una “suicida sexual”, el placer, el
disfrute para ella es tan importante que el riesgo es secundario. La emoción de
lo prohibido es su bandera.
Laura es la sensatez personificada. Sus comentarios
son amables. Es generosa en cumplidos o calla cuando no encuentra nada que
alabar. No concibe el sexo sin amor, siendo tachada por su amiga de cursi,
mojigata y otras lindezas.
Vanessa, con tipo de modelo, en un primer momento se
lleva de calle a los chicos. Y no se explica cómo la mosquita muerta de Laura,
es quien llega a ser amiga de ellos.
Cuando Laura habla a Vanessa de sus sueños, ésta se pregunta
cómo puede ser tan tonta y la ametralla con una lógica tan aplastante que a
Laura no le quedaría otro recurso que apuntarse a unas clases de autoestima si
no fuera por una fuerza innata en ella.
En Vanessa, la explosión hormonal, es como una tormenta
que puede convertirse en ciclón. El termostato hormonal en Laura es el
equilibrio de la nieve en invierno y el sol en verano.
Sus madres diariamente le rezan a Gabriel para que
espabile a Laura y modere a Vanessa.
Con algún que otro sobresalto las cosas iban más o
menos bien hasta que un día llegó lo inevitable. La amistad que tantos
obstáculos había superado se quebró. El eterno enamorado de Vanessa, aquél a
quien siempre tenía a mano en caso de necesidad, se enamoró de Laura y esta le
correspondió. Vanessa no se lo podía creer. Laura, esa insípida, se casaba antes
que ella y con un chico que por derecho de antigüedad le pertenecía. Nunca
pensó que su amiga de la infancia le pudiera robar nada y mucho menos a un
hombre.
Laura le pidió que fuera dama de honor de su boda y
Vanessa rompió ante sus ojos la
invitación. Proclamó al mundo que se casaría antes que Laura y lo cumplió.
Fuentes fidedignas han confirmado que Gabriel solicitó
un año sabático en el servicio celestial tras aquellos días en que hasta las alas
se le cayeron de agotamiento.
© Marieta Alonso Más
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Gracias.
Me gusta.
ResponderEliminarMe alegra mucho que te guste. Un beso
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