Alba de Tormes (Salamanca) |
Los orígenes de Alba de
Tormes, supuesta antigua villa judía, no son del todo conocidos. Su posición
elevada sobre una colina de materiales pizarrosos, de unos treinta metros de
altura sobre el nivel del rio Tormes,
que atraviesa su término de sur a norte, permite admirar un amplio paisaje
castellano.
Es una villa eminentemente
campesina, cultiva cereales, patatas, remolacha y hortalizas con alguna
actividad manufacturera relacionada con la industria alimentaria y la cerámicas.
Torre del Homenaje Castillo de los duques de Alba de Tormes |
Fue importante centro de
peregrinaciones durante la Edad Media y Alfonso VII le concedió su fuero en 1140.
En 1429, Juan II confiscó la villa a los infantes de Aragón y en 1430 pasó a
Gutierre Álvarez de Toledo, origen de la casa de Alba. Quedan restos del
castillo de los duques de Alba, con el torreón llamado de la Armería, que
conserva pinturas murales alusivas a la batalla de Mühlberg, obra de Cristóforo
Passini.
Iglesia San Juan de la Cruz |
Tiene un importante foco de
arquitectura románico-mudéjar en ladrillo. La iglesia de San Juan del siglo XII,
de estilo románico-mudéjar, conserva esculturas románicas −las trece figuras
que componen el Apostolado−, verdadera joya del románico. En la iglesia de
Santiago Apóstol protegida como bien cultural con categoría de monumento desde
1996 y de San Miguel se mezclan también lo mudéjar y lo románico. La parroquia
de San Pedro, del siglo XVI y XVIII, contiene esculturas sepulcrales y un
retablo renacentista de pintura de Pedro de
Oviedo y Ruiz de Carbajal.
Sepulcro de la Santa |
El convento de las carmelitas, fundado por
Santa Teresa de Jesús en 1571, contiene algunas obras de arte y el sepulcro y
las reliquias de la fundadora. Santa Teresa de Jesús muere en esta villa, el 4
de octubre de 1582, y sus restos reposan en el altar mayor, de la iglesia del
convento.
Bien merece una visita.
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