Bacalao común, bacalao del Atlántico, bacalao de Noruega |
Mi
amiga Susana me ha traído esta receta. Dice que el balacao es un pez migratorio
y como yo también, he de hacerle honores.
−Te
conozco, bacalao, aunque vengas disfrazado−, le contesté con sorna.
No sabe
ella que a mí me chifla el bacalao, como quiera que me lo pongan.
Muchos
de los viajes de antaño no hubieran sido posibles sin contar con este producto.
No sé si Colón llevaría bacalao en la despensa de las tres carabelas, el caso
es que, descubrió América.
Mi
padre relataba que de niño, en su casa, en su amada villa de Tiedra, comían
cocido de lunes a sábado y los domingos bacalao.
Mi
madre, de pequeña, me daba aceite crudo de hígado de bacalao. Es muy bueno para
los huesos, comentaba con sus amigas.
¿A qué
se os ha puesto una mueca en la cara?
A mí también.
Ingredientes: (Para dos personas)
* Bacalao desalado
400gr.
* 1 Tomate natural
* Harina
* Caldo de pescado
* Una cebolla
* Pasas
* Piñones
* Agua
Preparación:
Enharinar el bacalao
y freír. Sofreír la cebolla unos cinco
minutos. Añadir el tomate cortado en daditos y dejar al fuego hasta que pierda
el agua. Después se le echan las pasas y los piñones algunos machacados con un
mortero para dar consistencia a la salsa. Añadir un vaso de agua y un cuarto de
pastilla de caldo de pescado. Mezclarlo
todo y dejar cocer unos quince minutos a fuego lento.
¡A comer!
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