Blog Literario de Francisco Martínez Bouzas |
"EL TEMBLOR DEL HÉROE", PREMIO NADAL DE NOVELA 2012
El temblor del héroe
Álvaro Pombo
Ediciones Destino, Barcelona, 2012, 222 páginas.
(AVANCE EDITORIAL)
La eficacia, diligencia y buen hacer del Departamento de Prensa y Comunicación de Ediciones Destino (quiero mencionar especialmente a Alba Fité Navarro y a Cristina Castillón, dos de sus responsables), me permiten tener en mis manos, a las pocas horas de su publicación, la novela de Álvaro Pombo, El temblor del héroe,
Premio Nadal de Novela 2012, seguramente el más prestigioso de los
convocados en España, a pesar de su relativamente modesta dotación
económica. Lo avalan otras razones y merecimientos de indudable peso: es
el más antiguo de los premios literarios españoles (concedido desde el
año 1944) y, entre sus ganadores, figuran escritores, tanto de España
como de Latinoamérica,de gran categoría literaria. En la actualidad, el
Premio Nadal no tiene como objetivo descubrir nuevos valores, sino
premiar figuras consagradas. Y figura consagrada es a todas luces Álvaro
Pombo, que une su nombre al de los ganadores de los últimos años:
Fernando Marías, Ángela Vallvey, Andrés Trapiello, Antonio Soler, Pedro
Zarraluki, Eduardo Lago, Felipe Benítez Reyes, Francisco Casavella,
Maruja Torres, Clara Sánchez, Alicia Giménez Bartlet.
Ocasiones habrá para volver sobre El temblor del héroe, una novela sobre
la cobardía y la indiferencia, y ofrecer mi personal valoración crítica
sobre la última obra literaria de un escritor que hace de la
improvisación una sorpresa y un juego lingüístico y que nos ha deleitado
con piezas como El héroe de las mansardas de Mansard, Donde las mujeres, La fortuna de Matilda Turpin o Una ventana al norte. Vaya por delante, por el momento, este avance editorial sobre El temblor del héroe.
Sinopsis:
“Román
es un profesor universitario jubilado al que invade la nostalgia de los
días luminosos de la pedagogía en que fascinaba a sus alumnos
despertándoles el amor por el saber y ayudándoles a alcanzar una vida
más noble y más alta.
Entre sus antiguos alumnos están Elena y Eugenio, una pareja de médicos a los que todavía trata y con los que ha establecido complejas relaciones en lo intelectual y en lo sentimental.
Por otra parte, halagado por el interés hacia su persona que demuestra un joven periodista, Héctor, permite que éste entre en su vida sin sospechar que el pasado torturado del nuevo personaje le atrapará en una situación en la que es incapaz de tomar decisiones, de comprometerse con el drama al que asiste.
Con una escritura tensa, vibrante, que deslumbra tanto por los hallazgos plásticos como por la indagación filosófica, El temblor del héroe es a la vez un acto de fe en la literatura como territorio donde plantear los grandes asuntos: la confianza y la traición, la posibilidad de arrepentimiento, la culpa, la cobardía, el valor, el sentido de la existencia” (Presentación editorial).
Entre sus antiguos alumnos están Elena y Eugenio, una pareja de médicos a los que todavía trata y con los que ha establecido complejas relaciones en lo intelectual y en lo sentimental.
Por otra parte, halagado por el interés hacia su persona que demuestra un joven periodista, Héctor, permite que éste entre en su vida sin sospechar que el pasado torturado del nuevo personaje le atrapará en una situación en la que es incapaz de tomar decisiones, de comprometerse con el drama al que asiste.
Con una escritura tensa, vibrante, que deslumbra tanto por los hallazgos plásticos como por la indagación filosófica, El temblor del héroe es a la vez un acto de fe en la literatura como territorio donde plantear los grandes asuntos: la confianza y la traición, la posibilidad de arrepentimiento, la culpa, la cobardía, el valor, el sentido de la existencia” (Presentación editorial).
El autor:
Álvaro Pombo (Santander,
1933), es miembro de la Real Academia de la Lengua. Licenciado en
Filosofía y Letras (Sección Filosofía) por la Universidad de Madrid y
Bachelor of Arts en Filosofía (Birkbeck College, Londres). Es uno de los
maestros indiscutibles de la literatura española de nuestros días.
Además de sus libros de poesía (Variaciones y Protocolos 1973-2003 que recoge toda su obra poética) y de su antología de artículos periodísticos (Alrededores), su obra narrativa toca tanto la novela como el relato. En su haber como narrador figuran títulos como El héroe de las mansardas de Mansard (Premio Herralde de Novela 1983), El metro de platino iridiado (Premio de la Crítica 1990), Aparición del eterno femenino contado por S. M. el Rey, Donde las mujeres ( Premio Nacional de Narrativa y Premio Ciudad de Barcelona 1997), La cuadratura del círculo( Premio Fastenrath de la Real Academia Española 1999), El cielo raso (Premio de Novela José Manuel Lara Hernández 2001) , Una ventana al norte, Contra natura (Premio Salambó y Premio Ciudad de Barcelona 2005), La fortuna de Matilda Trurpin (Premio Planeta 2006), Aparición
del eterno femenino contado por S.M. el Rey, Telepena de Celia Cecilia
Villalobo, Virginia o el interior del mundo, La previa muerte del
lugarteniente Aloof. Ha publicado así mismo colecciones de relatos: Relatos sobre la falta de sustancia y Cuentos reciclados.
Francisco Martínez Bouzas
Francisco Martínez Bouzas
Fragmentos
“Hace frío esta tarde de noviembre. Huele a
cerrado en casa de Román. A través de un ventanal sin cortinas, viene
una luz de escenario expresionista. Están sentados frente a frente con
una mesa entre los dos. Sobre la mesa libros y papeles y un teléfono
anticuado de baquelina negra. Los papeles, los folios, escritos a mano,
dan la impresión de llevar ahí mucho tiempo. Esa mesa ordenada da la
impresión de usarse poco últimamente. Hay en toda la estancia un orden
frío, escénico, que no invita al diálogo. Tampoco invita al descanso.
Recuerda los despachos departamentales de la facultad. Y las librerías
de madera recuerdan las estanterías de la biblioteca de un departamento.
No hay detalles personales. Es un lugar sin clase”
…..
“Es mediodía en ese Madrid de oficinas y ejecutivos gimnásticos. Un Madrid menos desconcertado por la crisis económica. Solo las muy buenas secretarias conservan sus puestos. Nekane ha conservado el suyo de sobra. Tiene una cara larga y vasca que enmarca eficazmente un pelo negro, como la cara de un caballo incierto. El canalillo que separa sus dos grandes senos vencidos, ostenta unas perlas de sudor y el final de una bisuta cara mexicana, un lapislázuli. Diez años mayor que Elena, siempre se han querido. Se han llevado bien. Se conocieron en el Madrid posmoderno, desvencijada ya la movida casi del todo. Se entendieron bien a la primera. Nekane dijo desde el primer momento: voy a ser tu puta madre, solo que mejor. Elena contestó: si vas a ser eso, no me vendrás mal. Mi madre, pobre, fue muy insuficiente. No por su culpa, desde luego, bastante tuvo con aguantarnos a todos y a mi padre. Con ella no podía hablar de mi misma ni de casi nada. Y dijo Nekane: pues conmigo hablarás más que una cotorra. Y más que tú, todavía, hablaré yo, juntas las dos cotorras, conversaciones de mujeres. ¡Eso son los chats y no la mierda de hoy en día, digital! ¡Nosotras inventamos los chats y ahora los tíos que se empalman mal medio nos copian!”
( Álvaro Pombo, El temblor del héroe, páginas 7, 25-26)
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