Admito que soy una persona reflexiva. Serlo me hace la persona que soy y no es que me arrepienta de quien soy. No es algo por lo que sentirse mal. Sin embargo, en ocasiones siento envidia de quien tiene la capacidad de desconectar de esos pensamientos que tan poco bien le hacen en el momento en el que le asaltan. Para mí, son gente privilegiada, individuos con un poder que ni ellos mismos saben que poseen.
¿Cómo lo hacen, es qué han adquirido estas habilidades como los héroes de los cómics, o simplemente nacieron así? El resto de los mortales, donde mi incluyo, tenemos que aprender a dejar de lado las cosas. A usar la cabeza para convencernos de que eso que llevamos aprisionado en el subconsciente tiene la suficiente importancia.
En ocasiones lo conseguimos y otras, hacemos las cosas que más nos gustan para lograrlo: leer, escribir, pasear, ver series o películas... son algunas de las maneras que he encontrado yo de apartar de mí pensamientos que lo único que consiguen es envenenarme. Cuando no lo consigo recurro al manido: "te han pasado cosas peores, puedes con esto". Y entonces lo entiendo. En ocasiones somos nosotros mismos los que convertimos pequeños problemas en abismos.
Reflexión sí, ¿obsesión? Ni por un segundo. Tú tienes el poder, tú puedes controlarlo. Confía en ti mismo y conseguirás lo que te propongas. Yo puedo, tú puedes. Todos podemos. Solo tenemos que creer en nuestro propio potencial.
© M. J. Pérez
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