El Universo siempre pone a nuestro alcance esa mano amiga, que en los momentos más difíciles, los más oscuros y devastadores, nos sugiere la senda por la que transitar.
Como un neón parpadeante en una callejuela oscura. ¡Una
claridad arrolladora en una negra noche! Un morir y renacer unidos por una
misma consigna. Un nuevo despertar en un difuso escenario y en una ambigua
habitación.
Solo a veces somos conscientes de lo etéreo, lo sólido y lo acuoso de nuestra existencia.
Etéreo como el aire, respiramos ese calor a través de los
orificios de nuestras contaminadas aspiraciones. Sólido como la roca avanzamos
en la dirección elegida, sorteando los obstáculos de nuestra abigarrada
imaginación. Acuoso como la mar, nadamos hasta las lejanas orillas para
batirnos con nuestros fantasmas del pasado.
Mis pensamientos, emociones y sentimientos confluyen serenamente, al final.
Sabiendo que estás ahí. Cerca de mí.
© Sol Cerrato Rubio
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