La abuela solía comentar que
los entremeses y aperitivos se habían puesto de moda para no trabajar mucho en
la cocina y me miraba moviendo la cabeza y frunciendo los labios. Por supuesto
que, siempre, daba sus consejos:
Los embutidos que no se
corten hasta última hora y si no queda más remedio dejarlos reposar en la
fresquera ‒nunca en frigorífico‒ cubiertos con un paño humedecido.
Las aceitunas y los productos
en lata se deben sacar de su envase unos minutos antes de consumirlos.
Los fritos ‒entre ellos esas
croquetas que tanto te gustan‒ en porciones pequeñas y servirlos recién hechos.
Las ensaladillas ‒esa rusa
que comes con la cuchara sopera‒ mejor en tartaletas pequeñas.
Al morir, entre sus cosas,
encontré está receta escrita por su mano en un ajado papel de estraza:
Ingredientes para cuatro
personas:
1 berenjena grande
1 cebolla pequeña
1 diente de ajo
1 endibia
1 manojo de perejil
¼ cucharadita de pimienta
molina (yo no la utilizo)
2 cucharadas de zumo de limón
2 cucharadas de aceite de
oliva
Sal al gusto
Preparación
Cocer la berenjena, cortar y
vaciarla de carne. A la batidora con todos los ingredientes salvo el aceite y
el zumo de limón, que se echaran al final. Volver a batir. Que quede cremosa.
A la endibia,
lavada, deshojada y seca se le untará esa rica crema de berenjena.
A comer.
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