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domingo, 3 de mayo de 2020

Amantes de mis cuentos: Amor por los animales



Me gustan muchísimo, tanto que paso el día hablando de ellos. Mi marido que es un aguafiestas hoy domingo se levantó de mal talante, diciendo que quiero más a los bichos que a él. Por algo será, le contesté.

Ha ido en busca de la enciclopedia. Con toda su mala idea me hará preguntas a las que debo responder con rapidez y firmeza.

‒Adelante ‒digo con un hilo de voz.

Se apoltronó en su butaca favorita:

‒¿Cuántas patas tiene un ciempiés?

‒El ciempiés o escolopendra tiene un cuerpo formado por veintiún anillos, y en cada segmento hay un par de patas. Por lo tanto, tiene cuarenta y dos patas o alguna más.

Lo dejé con la boca abierta. Ven a por otra le animo:

‒¿Cómo se le llama al hijo de un caballo y una burra?

‒Burdégano.

‒¿Cuál de los dos es más grande: el bogavante o la langosta?

‒El bogavante.

Ya tenemos público. Mis tres hijos han venido a sentarse en el suelo y hacen apuestas.

‒¿Hay cigüeñas negras?

‒Sí. Viven en algunos países de la Europa oriental y Asia Central y septentrional, donde anidan principalmente en zonas cubiertas por selvas espesas. Es especie rara en la Península.

‒¿Cuántas patas tiene una araña?

‒Ocho.

El pequeño de mis hijos apuesta por mí, los otros siguen apostando por su padre.

‒¿Qué es un ermitaño? Recuerda que estamos hablando de animales.

‒Es una especie de cangrejo.

El mayor de mis hijos fue en busca de sus amigos.

‒¿Bada significa rinoceronte?

‒Sí. Bada o abada es un rinoceronte unicornio indio. La calle de la Abada de Madrid se llama así porque en el siglo XVI, unos portugueses tenían encerrado allí un rinoceronte, que exhibían al público previo pago de un par de maravedíes.

‒La perca ¿es un pez de mar o de río?

‒De río.

Se ha corrido la voz y las vecinas han venido a cotillear si paso el examen.

‒¿Qué clase de animal es un perezoso?

‒Mamífero.

‒¿Cuál es el pez de agua dulce más voraz?

‒El lucio.

Por una vez en la vida, mi marido, mis hijos, los amigos de mis hijos, los vecinos del barrio me miraron con admiración. Algunas de las preguntas las he contestado al tuntún, pero ese será mi secreto. Y como premio a la ganadora hoy toca a tres de mis cuatro hombres hacer la comida, las camas y barrer la casa, mientras marcho en olor de multitudes con el pequeño, el único que confió en mí, hacia la plaza, hacia la iglesia, que ya han tocado a misa de doce.




© Marieta Alonso Más

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