Me gustan muchísimo, tanto
que paso el día hablando de ellos. Mi marido que es un aguafiestas hoy domingo se
levantó de mal talante, diciendo que quiero más a los bichos que a él. Por algo
será, le contesté.
Ha ido en busca de la
enciclopedia. Con toda su mala idea me hará preguntas a las que debo responder
con rapidez y firmeza.
‒Adelante ‒digo con un hilo
de voz.
Se apoltronó en su butaca
favorita:
‒¿Cuántas patas tiene un
ciempiés?
‒El ciempiés o escolopendra
tiene un cuerpo formado por veintiún anillos, y en cada segmento hay un par de
patas. Por lo tanto, tiene cuarenta y dos patas o alguna más.
Lo dejé con la boca abierta.
Ven a por otra le animo:
‒¿Cómo se le llama al hijo de
un caballo y una burra?
‒Burdégano.
‒¿Cuál de los dos es más
grande: el bogavante o la langosta?
‒El bogavante.
Ya tenemos público. Mis tres
hijos han venido a sentarse en el suelo y hacen apuestas.
‒¿Hay cigüeñas negras?
‒Sí. Viven en algunos países
de la Europa oriental y Asia Central y septentrional, donde anidan
principalmente en zonas cubiertas por selvas espesas. Es especie rara en la
Península.
‒¿Cuántas patas tiene una
araña?
‒Ocho.
El pequeño de mis hijos
apuesta por mí, los otros siguen apostando por su padre.
‒¿Qué es un ermitaño? Recuerda
que estamos hablando de animales.
‒Es una especie de cangrejo.
El mayor de mis hijos fue en
busca de sus amigos.
‒¿Bada significa rinoceronte?
‒Sí. Bada o abada es un
rinoceronte unicornio indio. La calle de la Abada de Madrid se llama así porque
en el siglo XVI, unos portugueses tenían encerrado allí un rinoceronte, que
exhibían al público previo pago de un par de maravedíes.
‒La perca ¿es un pez de mar o
de río?
‒De río.
Se ha corrido la voz y las
vecinas han venido a cotillear si paso el examen.
‒¿Qué clase de animal es un
perezoso?
‒Mamífero.
‒¿Cuál es el pez de agua
dulce más voraz?
‒El lucio.
Por una vez en la vida, mi marido,
mis hijos, los amigos de mis hijos, los vecinos del barrio me miraron con
admiración. Algunas de las preguntas las he contestado al tuntún, pero ese será
mi secreto. Y como premio a la ganadora hoy toca a tres de mis cuatro hombres hacer
la comida, las camas y barrer la casa, mientras marcho en olor de multitudes con
el pequeño, el único que confió en mí, hacia la plaza, hacia la iglesia, que ya
han tocado a misa de doce.
© Marieta Alonso Más
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