Saltar a tus brazos desde la frialdad de un invierno inusitado, desde el barranco calizo de la proporciones agrietadas.
Cerrar los ojos, disipar la mente y extender las alas de fuego.
Confiar en unos brazos amables, fuertes, que soporten en embate.
Realizar una acrobacia enérgica en un nuevo universo cromático.
Un ráfaga de viento conduce el vuelo al mar de una mirada diferente, divertida y desenfadada, en un glacial de hielo.
Respirar hondo por un instante, sentir una profunda emoción insinuante.
Conceder a la pasión un eslabón perdido que aúne las anillas más allá del olvido.
©
Sol Cerrato
No hay comentarios:
Publicar un comentario