Delibes y su pasión por
retratar el mundo rural castellano a mediados del siglo XX, en estado puro. Una
historia cuyo hilo conductor es, como no podía ser de otra manera, el santoral
que sitúa las fechas del calendario, las estaciones, los cambios de tiempo...
Para alguien de ciudad, resulta difícil orientarse, pero los vívidos escenarios
que describe suplen esta carencia situándonos perfectamente en el tiempo y en
el espacio.
Al pasar las hojas y con el
transcurrir de la novela, parece que no nos movamos, no pasa nada, solo los
días para unos personajes que viven mirando al cielo y a la tierra. Sus
inquietudes, sus preocupaciones, sus miedos pueden parecer, a simple vista,
insulsos y rudimentarios, pero no olvidemos que se trata de la supervivencia,
ni más ni menos.
Este es un libro de
personajes. Los habitantes de este pueblo agonizan pegados a la tierra en una
vida de miseria y sacrificios y sus principales protagonistas, el Tío Ratero y
su hijo el Nini, que sobreviven vendiendo las ratas que cazan y, habitan con
una resistencia heroica y terca, la última cueva, son los últimos de los
últimos.
El Nini, a pesar de sus
escasos once años y la falta de formación, es el sabio de la tribu. Todos
buscan su ayuda, para lo más cotidiano y esencial: el tiempo, los animales, las
cosechas y hasta para la matanza del cerdo el pequeño se convierte en imprescindible.
Algunos piensan que está
iluminado y otros que es un demonio, pero su consejo es básico en la vida de
este pueblo. El misterio de su sabiduría no lo es tanto. El niño, que no juega
con otros pequeños, ha pasado su vida escuchando con atención lo que los más
viejos del lugar tienen que contar, eso y la profunda observación de su
entorno, es lo que hace del Nini un niño viejo y sabio. Un arquetipo que se
contrapone a la miseria intelectual de sus vecinos.
Delibes escribe esta novela
después de que se le impidiera seguir haciéndolo en el periódico “El Norte de
Castilla”, donde había denunciado reiteradamente la situación del mundo rural,
el abandono y la falta de futuro que, ya entonces padecía. Por eso decía que la
censura le puso esta novela en bandeja: “El libro venía a ser así la
culminación de nuestras denuncias, remataría nuestra campaña dignamente”.
Después de su publicación,
Delibes fue llamado urgentemente por los ministros de Agricultura y Obras
Públicas y de este encuentro, salió el Plan Tierra de Campos que, si bien se
quedó por el camino, al menos puso en marcha algunas medidas que aliviaron algo
la angustiosa situación.
Imprescindible su lectura con
un diccionario cerca, de otra forma la cantidad de localismos que el autor
maneja en sus novelas nos harán sentir como seres de otra galaxia.
© Julia de Castro
Mi otoño en libros 2020
Nada que añadir salvo felicitar a la autora. Enhorabuena Julia.
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