Famoso
santuario, situado en un enclave espectacular muy próximo a unos de los
acantilados más altos de Europa con vistas al océano Atlántico, donde se puede
oír el viento y las olas batir contra las rocas. Lo encontraréis en Cedeira, provincia
de A Coruña, ya que pertenece a la comarca de Ferrolterra, en las rías altas
gallegas.
Allí «va de
muerto quien no fue de vivo». Y es que según la leyenda Andrés, el apóstol, como
buen pescador, llegó a San Andrés de Teixido por mar. El batido oleaje del
Atlántico condujo su barca contra los descomunales acantilados y allí quedó
petrificada, asomando la quilla para que podamos ver, hoy en día, lo que a
simple vista es una roca inmersa en el océano.
Jesús le
encomendó este lugar al santo, donde se asentó y levantó su templo gótico de
estilo marinero. A cambio de habitar en una serranía tan remota, el Señor le
prometió que todo el mundo habría de peregrinar a su lugar de culto,
comprometiéndose incluso a que aquellos que no lo hiciesen en vida acudirían a
San Andrés de Teixido, reencarnado en animal, tres veces, antes de entrar
en el Reino de los Cielos.
Los romeros tenían
y tienen la costumbre de dejar una piedra en los «milladoiros», túmulos de
piedras, que se encuentran en lugares determinados: cerca de un santuario,
cruce de caminos, parajes sagrados… Las piedras de los milladoiros, dice
la leyenda que: «hablarán en el Juicio Final» para decir qué almas cumplieron
con la promesa de ir a San Andrés.
En las
cercanías, al lado de las cuestas de bajada al santuario se conservan más de
media docena de milladoiros, formados por miles y miles de piedras que los
peregrinos han ido depositando a lo largo de los siglos.
Se cree que la
peregrinación a Teixido comenzó a partir de la Edad del Hierro, durante
la cultura castreña, aunque de hecho el primer registro de la existencia de
peregrinación aparece en el año 1391, en el testamento de una señora de Vivero,
cuyo original en gallego antiguo dice así:
Iten mando yr
por min en romaria a Santo Andre de Teixido, porque llo tenno prometudo, et que
le ponnan enno seu altar hua candea commo he hua muller de meu estado. (original
en gallego, 1391).
Hago ir por mí
en romería a San Andrés de Teixido, porque se lo tengo prometido, y que le
pongan en el altar una vela del tamaño de una mujer de mi estado. (traducido al
castellano).
A San Andrés de
Teixido hay que ir preferiblemente en vida. Es más seguro. Para aquellos,
que por desconocimiento, incredulidad o pereza no lo hacen, recuerden que tendrán
que ir después de muertos. Es por ello que en el camino de San Andrés de
Teixido encontramos especies animales de todo tipo, y los vivos deben tener
cuidado al pisar para no interrumpir a las almas en peregrinación.
El lugar en especial el templo produce siempre una sensación extraña entre sosiego y el algo te observa. Recomiendo a toda persona que pase por el entorno parar un momento y realizar la visita.
ResponderEliminarMuchas gracias por su comentario. Merece la pena visitarlo. Tiene mucho encanto.
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