Convivo en un oasis de palabras que me ayudan a soportar el efímero taconeo de mis sandalias.
Convivo con los ladrones de sueños y presentes, que se adueñan de los algoritmos de las pasiones, de la química de las emociones, de las rendijas grisáceas de los socavones.
Convivo con los luchadores del momento, que iluminan nuevos caminos, y nos enseñan sus claroscuros más íntimos.
Convivo con los colores que conforman mi realidad apasionada y cristalizada, en estos momentos de esencial dicha y contento.
Convivo con mi realidad precipitada en un abismo de sonidos, que resuenan en el sordo eco de la consciencia.
Convivo con mi serenidad buscando esos renglones torcidos que sobrevuelan las páginas de la Historia.
Convivo con la filosofía los antiguos estoicos y sus lejanas enseñanzas.
Convivo con las miradas extrañas que expresan su conformidad o desacuerdo.
Busco esa tranquilidad, esa imperturbabilidad, ese sosiego definitivo en el diccionario de mis instantes, y en los márgenes de mis contradicciones ya transitadas.
© Sol
Cerrato Rubio
No hay comentarios:
Publicar un comentario