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viernes, 3 de octubre de 2025

Amantes de mis cuentos: Metamorfosis

 




¡Estoy triste! Y sé por qué. La casa está vacía desde hace un año en que te fuiste sin mi permiso. Hoy al igual que ayer me veo como el olmo de Machado, viejo, hendido por el rayo, pero sin brotes verdes. Me miro al espejo, cierro los ojos. Mi tronco antes robusto, derecho; ahora resquebrajado, carcomido.


Mi corazón espera, ¿qué, espera? No sé. Mi cabeza, poco a poco, se va vistiendo de ideas. Debo salir a la calle donde los recuerdos se atenúan. Tomo un cuaderno y el lápiz para escribir mis soledades. Paso a paso me acerco a ese viejo café de la esquina, compañero de tantas tardes, mirando sin ver, a través de los cristales, en mi mesa, la escondida, la de mármol, la redonda.

Este invierno ha sido chambón. No ha nevado ni un solo día. Ahora llueve. Me resguardo bajo tu paragua, el que le falta una varilla, el azul con rayas naranjas, ése. Mañana dará comienzo la primavera, mi cumpleaños, setenta años que caen… El hombre del tiempo ha dicho que saldrá el sol.

Sonrío. Es como si tú me dieras coscorrones para que espabile. Venga, no me maltrates, te digo. Intentaré despojarme de tanta niebla, de tanto abandono, me vendrá bien compartir sueños, llamar a los amigos, alejarme de tanto silencio. Alimentarme de savia nueva para dar algo de sombra.  

 

© Marieta Alonso Más  

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