Jane Austen |
Hay
libros que nos gustan, escritores que admiramos y también existen aquellos que
forman parte de nuestras vidas.
La
pluma de Jane Austen nos muestra la Inglaterra provinciana y burguesa de
finales del XVIII y principios del XIX, qué duda cabe, pero esa voz irónica,
brillante y burlona, de escasa intriga
narrativa que describe con amabilidad a unos personajes con múltiples matices
psicológicos, esa es la Jane Austen que cautiva.
Una
mujer que caminó sola por la vida, sin aspavientos y sin ignorar la fuerza de
su literatura al escribir Sentido y Sensibilidad, Orgullo y Prejuicio (considerada la mejor de
sus novelas), Mansfield Park, Emma (dedicada al Príncipe Regente), Persuasión, La abadía de Northanger…
Durante
la vida de Jane Austen ocurrieron grandes hechos históricos como la Revolución
Francesa o las Guerras Napoleónicas. Ella murió dos años después de la batalla
de Waterlooo, pero en sus libros prefirió contar lo cotidiano, lo que le
rodeaba.
Los
primeros veinticincos años los pasará en la rectoría de Steventon. En 1796, con
tres volúmenes manuscritos de relatos juveniles comienza a escribir sus
primeras novelas, siendo su propio padre el que, impresionado por estos
primeros escritos, decide enviarlos a un editor. La muerte de su padre, el
abandono de Steventon, la ausencia de un hogar estable, el fallecimiento del
que parece ser fue su único amor, trajo consigo una etapa de aparente
inactividad literaria (1801-1811).
Jane
nunca contraerá matrimonio y su situación de dependencia por no estar casada se
refleja en algunas cartas en las que menciona la situación de varias solteras
empobrecidas. No es su caso.
Aunque
muchas veces se ha retratado a Jane Austen como una mujer que vivió recluida en
una rectoría rural de provincias, sabemos de sus viajes y visitas a distintas
mansiones de Inglaterra y su asistencia en numerosas ocasiones a las modernas
fiestas londinenses cuando se alojaba en casa de sus hermanos.
Los
años que van de 1813 a 1816 fueron los de mayor plenitud y aclamación, llegando
su presencia a ser solicitada por el príncipe regente de Inglaterra, uno de sus
mayores admiradores.
Jane
comenzó a sentir los síntomas de la enfermedad de Addison, un mal relacionado
con las glándulas suprarrenales, que además de provocar debilidad y depresión,
en aquella época era mortal.
Los
últimos seis meses de vida los pasó en Winchester, en cuya catedral fue
enterrada.
Extraordinaria síntesis. Gracias.
ResponderEliminar