Hemos leído
Revista de la Universidad
Politécnica de Madrid nº 12 diciembre 2008
Ficha Técnica
Título: El Emperador
Autor: R. Kapuscinski
Ed.: Anagrama. 10ª edición
Año: 2008
ISBN: 978-84-339-2514-5
Es en nuestro tiempo cuando las
distancias estilísticas que han marcado la evolución del pensamiento escrito
parecen superar la tradicional escisión entre los profesionales de la palabra
para acercar literatura y periodismo. Este último innegablemente ha producido
en todos los idiomas figuras señeras del lenguaje y fue contemplado hasta no
hace mucho tiempo como un género ocasionalmente productor de florecimientos
fugaces que poco tenían que ver con las grandes y universalmente famosas obras
de la narrativa, la épica y el ensayo, las cuales quedaban intemporalmente
consagradas en la historia de la cultura.
Ciertamente buenos periodistas
pueden encontrarse escribiendo obras famosas desde las postrimerías del siglo
XIX. Ellos utilizaron sus viajes y experiencias profesionales como fuente
fenomenológica para crear relatos publicados como libros, algunos realmente
extraordinarios. Pero la fusión entre el lenguaje periodístico (donde priman
información, brevedad y contundencia) y el lenguaje literario no cobra forma
sino hasta hace pocas décadas. Entre nosotros, Pérez Reverte constituye un buen
ejemplo de todos conocidos, al margen de la aceptación que su obra literaria
pueda suscitar en los lectores.
Siguiendo esta misma línea
creativa hoy presentamos un ejemplo excepcional de todo cuando hemos apuntado
anteriormente. El polaco Kapuscinski, Premio Príncipe de Asturias de
Comunicación y Humanidades en 2003, logró aunar con brillantez periodismo y
literatura a través de su dilatado catálogo de publicaciones, donde los temas
histórico-contemporáneos resultan siempre documentados con experiencias de
primera mano. Solo por citar un buen ejemplo que acredite su saber hacer
mencionaremos Ébano, a través del
cual el lector entra en contacto real con el distante mundo de la africanidad
durante las primeras décadas de su descolonización definitiva. No obstante, la
obra a la que nos aproximamos, El
Emperador (originalmente publicada en Varsovia en 1978) nos introduce en un
mundo geográfica y espiritualmente lejano para sus contemporáneos occidentales
por aquel entonces.
Los hechos que describe e intenta interpretar son: la caída
durante el último tercio del pasado siglo del imperio etíope, autoproclamado
único heredero y reivindicativo de legitimidad basada en ancestros tan
significativos para nuestra cultura como el rey Salomón, fundador del templo de
Jerusalén; así como la subsecuente desaparición de su cabeza visible, el Negus
de Etiopía. Para cuantos asistíamos desde la información periodística (escrita
o televisiva) a tales acontecimientos, siempre nos quedó una cierta sensación
de insuficiencia. Las informaciones aparecían de forma contradictoria. El
acontecer que reseñaban no siempre parecía congruente. Había zonas en sombra
que no permitían comprender qué estaba ocurriendo realmente en el cuerno de
África. Bien es cierto que con frecuencia las agencias de noticias “matizan”
sus informaciones guiadas por muy diversos intereses. Otras veces los mismos
protagonistas de los hechos intentan maquillar sus actuaciones. Por ello, es
aquí donde reside el auténtico valor de la obra que ahora comentamos. Su autor
tardó tres años en recabar información, pedir diversas interpretaciones de los
mismos hechos a espectadores y protagonistas de segundo orden (los personajes
de primera línea o bien habían sido ajusticiados o guardaban sus huesos y
miserias, en oscuras y remotas prisiones) afrontando a veces –labor de
periodistas- peligrosas contingencias de variada índole para lograr articular
una aproximación a la historia real de aquellos acontecimientos que
desembocaron en la captura y posterior fallecimiento (¿) de Haile Selassie I,
el “Rey de Reyes”, “El León de Judá”.
Este libro, rigurosamente
histórico, es a través de sus más de 200 páginas una obra mayor de finísima
ironía disfrutable tanto en su severo contenido como en su imaginativo
desarrollo formal. Historia reciente contada con respetuosa fidelidad a la
verdad que se abre paso a través de un paciente trabajo de investigación y que
resulta tremendamente educativa al poner de relieve las similitudes con otras
dolorosas realidades del mundo contemporáneo, donde parece existir un
denominador común que subyace bajo el entramado de cada dictadura.
Buena traducción, donde se
aprecia la calidad dual que la ha llevado a cabo. La ingeniosa concepción de
los capítulos de la narración no concede amplio margen para la novelización allí
donde pudieran aparecer vacíos de una información que a todas luces va
apoyándose en contenidos noticiosos paralelos a la investigación de primera
mano. Obra recomendable, en fin para la lectura sosegada y la referencia
histórica.
© Ramón L. Fernández y Suárez
Hemos leído El emperador por Ramón L. Fernández y Suárez
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