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martes, 18 de febrero de 2014

El Vaticano

Atardecer en Roma
Foto: Ángeles Alonso

Hoy visitaremos un territorio enclavado dentro de la ciudad de Roma.

Basílica de San Pedro - Foto: Ángeles Alonso
Surge tras los Pactos de Letrán el 11 de febrero de 1929. Los pactos fueron revisados y modificados en 1984. Su territorio y sus bienes se encuentran amparados en caso de conflicto armado por la Convención de La Haya del 14 de mayo de 1954. En virtud de las normas de este Tratado también gozan de la condición de extraterritorialidad las basílicas de San Pablo Extramuros (San Paolo Fuori le Mura), Santa María la Mayor, San Juan de Letrán, los edificios de la Cancillería situada en el Corso Rinascimento, el de Propaganda Fide, en la plaza de España. El Castillo de San Ángel (Castel Sant’Angelo) y otros edificios menos importantes.
Plaza de San Pedro - Columnata de Bernini
Foto: Ángeles Alonso

El Estado Vaticano tiene una extensión de 0,439 kilómetros cuadrados y una población de unos novecientos habitantes, entre ciudadanos y residentes. Un tercio de este Estado en forma de trapecio está ocupado por edificios destinados a distintos fines. Otro tercio de la ciudad papal lo cubren patios y plazas y el tercio restante se dedica a parques y jardines. Solo la basílica y la plaza de San Pedro ocupan un veinte por ciento del territorio que está delimitado por las murallas mandadas a edificar por el papa León IV (847-855) en el siglo IX.

El sumo pontífice es el Jefe de Estado por lo que puede considerarse la única teocracia de Europa. Representa en su persona los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. Es el país más pequeño del mundo y el único que tiene por lengua oficial el latín. No existe la propiedad privada y tiene moneda propia e imprime sus sellos de correo. Su bandera es amarilla y blanca con las llaves de San Pedro cruzadas y la tiara. Cuenta con el periódico L’Osservatore Romano, cuyo primer número salió el 1 de julio de 1861, y con Radio Vaticana que transmite diariamente en 34 idiomas, además de la villa de Castelgandolfo, residencia veraniega de los Sumos Pontífices.
Guardia suiza - Foto: Ángeles Alonso

La Guardia Suiza custodia la residencia pontificia. Fundada en 1506 cuenta con menos de cien hombres: cuatro oficiales, veintitrés mandos intermedios, setenta alabarderos, dos tamborileros y un capellán. El actual uniforme fue diseñado por el Comandante de la Guardia Jules Répond (1910-1921) a partir del modelo que según la tradición, fue diseñado por Miguel Ángel en 1505. Se trata de jóvenes suizos que ofrecen durante breves período de tiempo su servicio a la Ciudad del Vaticano. 
   
La entrada principal se realiza por el Arco de las Campanas en la plaza de San Pedro frente al mayor templo de la cristiandad: la basílica de San Pedro.

La ciudad del Vaticano se ha ido formando a través de unos dieciocho siglos. En época de Calígula, Claudio y Nerón se construyó en esta zona un gran circo que tenía en su centro un obelisco traido de Heliópolis, en el 37 d.C. En la zona norte surgió un cementerio donde se enterraban a los cristianos martirizados, entre ellos, San Pedro apóstol llegado de Palestina y crucificado en el 64 d.C. Tras el Edicto de Milán en 313, el emperador Constantino el Grande, manda a construir una gran iglesia en cuyo centro se colocó la tumba de Pedro. 

En su altar mayor se coronó a Carlomagno en la Navidad del año 800. En 1305 la sede papal fue transferida a Aviñón; quedando abandonada la Basílica de San Pedro durante más de un siglo. Tuvieron que pasar unos cincuenta años tras el regreso del papado a Roma en 1377 para que el Vaticano recobrara su brillo. En 1452, durante el pontificado de Nicolás V, se iniciaron las obras del actual templo bajo los planos de Bernardo Rosellino pero, al cabo de tres años se interrumpieron los trabajos debido al avance de los turcos y la caída de Constantinopla.

A finales del siglo XV el papa Sixto IV comenzó la construcción de una gran capilla. Más tarde el papa Julio II (1506) hizo grandes obras en el Vaticano, transformando radicalmente la ciudad leonina, según planos de Bramante. Llamó a Rafael y a Miguel Ángel para que vinieran a Roma a decorar respectivamente los apartamentos del Papa y la Capilla Sixtina.

Cúpula de San Pedro - Foto: Ángeles Alonso

A la muerte de Julio II, el papa Pablo III encomendó a Miguel Ángel la gigantesca y luminosa cúpula, siendo concluida bajo la dirección de Giacomo della Porta y Domenico Fontana cuando en 1564, Miguel Ángel murió. Había llegado hasta el tambor. Tiene 136,57 metros de altura y 42,56 metros de ancho, la sostienen cuatro pilares de setenta y un metros de perímetro. La linterna tiene diecisiete metros. La fachada es obra de Carlo Maderno quién la terminó en 1612. Sobre el arquitrabe unas letras recuerdan que las obras fueron realizadas en tiempos del papa Pablo V (1605-1621) de la familia Borghese. La ventana central es el balcón de las bendiciones al que se asoma el Papa para dirigir su saludo y la bendición “urbi et orbi” (a la ciudad y al mundo). 

Se consagró la Basílica en 1626.

Baldaquino de Bernini
              Foto: Ángeles Alonso
A Bernini se le debe el relicario de “La cátedra en gloria” y el baldaquino de bronce dorado sobre el altar mayor con sus columnas salomónicas de veintinueve metros de altura. Fue encargado por el papa Urbano VIII de la familia Barberini. Al ver el conjunto se tiene la sensación de que el viento azota el baldaquino.  En el nivel inferior la tumba de San Pedro. En cima del baldaquino la cúpula.

En la estatuaria de San Pedro hay que destacar una de las más bellas obras maestras de la humanidad: “La Piedad” de Miguel Ángel, realizada en un solo bloque de mármol de Carrara. La famosa estatua de bronce de San Pedro bendiciendo, se atribuye al escultor Arnolfo di Cambio (1245-1302).
Piedad de Miguel Ángel
              Foto: Ángeles Alonso

La plaza de San Pedro, de Bernini, tiene forma elíptica con 320 metros de longitud por 240 de ancho. La columnata tiene 285 columnas de quince metros de altura, colocadas en cuatro filas. En la balaustrada hay 140 estatuas de santos de 3,20 metros realizados por los alumnos de Bernini. El pavimento de la plaza se hunde hacia el centro donde surge el obelisco con que Calígula adornó el cercano circo de Nerón y que tiene la función de meridiano. A su lado dos fuentes, la de la derecha obra de Maderno (1613) y la de la izquierda de Fontana.
La Creación de Adán. Famosa imagen de la bóveda
Foto: Wikipedia, la enciclopedia libre

La Capilla Sixtina, nombrada así por el papa que la encargó, Sixto IV, es famosa por sus frescos de la bóveda firmados por Miguel Ángel. Es de planta rectangular, con unas dimensiones de cuarenta por trece metros, iguales a las del desaparecido templo de Salomón y veinte metros de altura. La decoración de sus paredes es obra de varios artistas: Sandro Boticelli, Cosimo Roselli, Piero de Cosimo, Signorelli, Ghirlandaio, Perugino y Pinturicchio. Entre las ventanas están los retratos de los veintiocho primeros Papas. Las pinturas de la Capilla Paulina son la última obra pictórica de Miguel Ángel. Los diversos Papas fueron creando sus propias residencias engrandeciendo el conjunto palaciego. Tienen el nombre de Apartamentos o Estancias y son famosas la de Borgia, con decoración de Pinturicchio, la de Julio II decorada por Rafael. Las obras de Rafael en el Vaticano pueden considerarse de una importancia paralela a las de Miguel Ángel.

El Patio de la Piña, que debe su nombre a la figura de este fruto que centra la vasta hornacina, es obra de Miguel Ángel.


Patio de la Piña - Foto: Ángeles Alonso



El conjunto arquitectónico e histórico-artístico que conforma la Ciudad del Vaticano fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984.
Palacio de la Gobernación
              Foto: Ángeles Alonso











No dejes de visitarla.








Fuentes:
Patrimonios de la Humanidad. Europa Mediterránea. Tomo 2. Planeta
Vaticano. Edizioni Musei Vaticani-Ats Italia Editricei

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