Atardecer en Roma Foto: Ángeles Alonso |
Hoy
visitaremos un territorio enclavado dentro de la ciudad de Roma.
Basílica de San Pedro - Foto: Ángeles Alonso |
El Estado
Vaticano tiene una extensión de 0,439 kilómetros cuadrados y una población de
unos novecientos habitantes, entre ciudadanos y residentes. Un tercio de este
Estado en forma de trapecio está ocupado por edificios destinados a distintos
fines. Otro tercio de la ciudad papal lo cubren patios y plazas y el tercio
restante se dedica a parques y jardines. Solo la basílica y la plaza de San
Pedro ocupan un veinte por ciento del territorio que está delimitado por las
murallas mandadas a edificar por el papa León IV (847-855) en el siglo IX.
El sumo
pontífice es el Jefe de Estado por lo que puede considerarse la única teocracia
de Europa. Representa en su persona los tres poderes: ejecutivo, legislativo y
judicial. Es el país más pequeño del mundo y el único que tiene por lengua
oficial el latín. No existe la propiedad privada y tiene moneda propia e
imprime sus sellos de correo. Su bandera es amarilla y blanca con las llaves de
San Pedro cruzadas y la tiara. Cuenta con el periódico L’Osservatore Romano,
cuyo primer número salió el 1 de julio de 1861, y con Radio Vaticana que
transmite diariamente en 34 idiomas, además de la villa de Castelgandolfo,
residencia veraniega de los Sumos Pontífices.
La Guardia
Suiza custodia la residencia pontificia. Fundada en 1506 cuenta con menos de
cien hombres: cuatro oficiales, veintitrés mandos intermedios, setenta
alabarderos, dos tamborileros y un capellán. El actual uniforme fue diseñado
por el Comandante de la Guardia Jules Répond (1910-1921) a partir del modelo
que según la tradición, fue diseñado por Miguel Ángel en 1505. Se trata de
jóvenes suizos que ofrecen durante breves período de tiempo su servicio a la
Ciudad del Vaticano.
La entrada
principal se realiza por el Arco de las Campanas en la plaza de San Pedro
frente al mayor templo de la cristiandad: la basílica de San Pedro.
La ciudad del Vaticano se ha ido formando a través de unos dieciocho siglos. En época de Calígula, Claudio y Nerón se construyó en esta zona un gran circo que tenía en su centro un obelisco traido de Heliópolis, en el 37 d.C. En la zona norte surgió un cementerio donde se enterraban a los cristianos martirizados, entre ellos, San Pedro apóstol llegado de Palestina y crucificado en el 64 d.C. Tras el Edicto de Milán en 313, el emperador Constantino el
Grande, manda a construir una gran iglesia en cuyo centro se colocó la tumba de Pedro.
En su altar mayor se coronó a Carlomagno en la Navidad del año 800. En 1305 la sede papal fue transferida a Aviñón; quedando abandonada la Basílica de San Pedro durante más de un siglo. Tuvieron que pasar unos cincuenta años tras el regreso del papado a Roma en 1377 para que el Vaticano recobrara su brillo. En 1452, durante el pontificado de Nicolás V, se iniciaron las obras del actual templo bajo los planos de Bernardo Rosellino pero, al cabo de tres años se interrumpieron los trabajos debido al avance de los turcos y la caída de Constantinopla.
A finales del siglo XV el papa Sixto IV comenzó la construcción de una gran capilla. Más tarde el papa Julio II (1506) hizo grandes obras en el Vaticano, transformando radicalmente la ciudad leonina, según planos de Bramante. Llamó a Rafael y a Miguel Ángel para que vinieran a Roma a decorar respectivamente los apartamentos del Papa y la Capilla Sixtina.
A la muerte de Julio II, el papa Pablo III encomendó a Miguel Ángel la gigantesca y luminosa cúpula, siendo concluida bajo la dirección de Giacomo della Porta y Domenico Fontana cuando en 1564, Miguel Ángel murió. Había llegado hasta el tambor. Tiene 136,57 metros de altura y 42,56 metros de ancho, la sostienen cuatro pilares de setenta y un metros de perímetro. La linterna tiene diecisiete metros. La fachada es obra de Carlo Maderno quién la terminó en 1612. Sobre el arquitrabe unas letras recuerdan que las obras fueron realizadas en tiempos del papa Pablo V (1605-1621) de la familia Borghese. La ventana central es el balcón de las bendiciones al que se asoma el Papa para dirigir su saludo y la bendición “urbi et orbi” (a la ciudad y al mundo).
Se consagró la Basílica en 1626.
En su altar mayor se coronó a Carlomagno en la Navidad del año 800. En 1305 la sede papal fue transferida a Aviñón; quedando abandonada la Basílica de San Pedro durante más de un siglo. Tuvieron que pasar unos cincuenta años tras el regreso del papado a Roma en 1377 para que el Vaticano recobrara su brillo. En 1452, durante el pontificado de Nicolás V, se iniciaron las obras del actual templo bajo los planos de Bernardo Rosellino pero, al cabo de tres años se interrumpieron los trabajos debido al avance de los turcos y la caída de Constantinopla.
A finales del siglo XV el papa Sixto IV comenzó la construcción de una gran capilla. Más tarde el papa Julio II (1506) hizo grandes obras en el Vaticano, transformando radicalmente la ciudad leonina, según planos de Bramante. Llamó a Rafael y a Miguel Ángel para que vinieran a Roma a decorar respectivamente los apartamentos del Papa y la Capilla Sixtina.
Cúpula de San Pedro - Foto: Ángeles Alonso |
A la muerte de Julio II, el papa Pablo III encomendó a Miguel Ángel la gigantesca y luminosa cúpula, siendo concluida bajo la dirección de Giacomo della Porta y Domenico Fontana cuando en 1564, Miguel Ángel murió. Había llegado hasta el tambor. Tiene 136,57 metros de altura y 42,56 metros de ancho, la sostienen cuatro pilares de setenta y un metros de perímetro. La linterna tiene diecisiete metros. La fachada es obra de Carlo Maderno quién la terminó en 1612. Sobre el arquitrabe unas letras recuerdan que las obras fueron realizadas en tiempos del papa Pablo V (1605-1621) de la familia Borghese. La ventana central es el balcón de las bendiciones al que se asoma el Papa para dirigir su saludo y la bendición “urbi et orbi” (a la ciudad y al mundo).
Se consagró la Basílica en 1626.
Baldaquino de Bernini Foto: Ángeles Alonso |
En la
estatuaria de San Pedro hay que destacar una de las más bellas obras maestras
de la humanidad: “La Piedad” de Miguel Ángel, realizada en un solo bloque de
mármol de Carrara. La famosa estatua de bronce de San Pedro bendiciendo, se
atribuye al escultor Arnolfo di Cambio (1245-1302).
Piedad de Miguel Ángel Foto: Ángeles Alonso |
La plaza de
San Pedro, de Bernini, tiene forma elíptica con 320 metros de longitud por 240
de ancho. La columnata tiene 285 columnas de quince metros de altura, colocadas
en cuatro filas. En la balaustrada hay 140 estatuas de santos de 3,20 metros
realizados por los alumnos de Bernini. El pavimento de la plaza se hunde hacia
el centro donde surge el obelisco con que Calígula adornó el cercano circo de
Nerón y que tiene la función de meridiano. A su lado dos fuentes, la de la
derecha obra de Maderno (1613) y la de la izquierda de Fontana.
La Capilla
Sixtina, nombrada así por el papa que la encargó, Sixto IV, es famosa por sus
frescos de la bóveda firmados por Miguel Ángel. Es de planta rectangular, con
unas dimensiones de cuarenta por trece metros, iguales a las del desaparecido
templo de Salomón y veinte metros de altura. La decoración de sus paredes es
obra de varios artistas: Sandro Boticelli, Cosimo Roselli, Piero de Cosimo,
Signorelli, Ghirlandaio, Perugino y Pinturicchio. Entre las ventanas están los
retratos de los veintiocho primeros Papas. Las pinturas de la Capilla Paulina
son la última obra pictórica de Miguel Ángel. Los diversos Papas fueron creando
sus propias residencias engrandeciendo el conjunto palaciego. Tienen el nombre
de Apartamentos o Estancias y son famosas la de Borgia, con decoración de
Pinturicchio, la de Julio II decorada por Rafael. Las obras de Rafael en el
Vaticano pueden considerarse de una importancia paralela a las de Miguel Ángel.
El Patio de la
Piña, que debe su nombre a la figura de este fruto que centra la vasta
hornacina, es obra de Miguel Ángel.
Patio de la Piña - Foto: Ángeles Alonso |
El conjunto arquitectónico e histórico-artístico que conforma la Ciudad del Vaticano fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984.
No dejes de visitarla.
Fuentes:
Patrimonios de la Humanidad. Europa Mediterránea. Tomo 2. Planeta
Vaticano. Edizioni Musei Vaticani-Ats Italia Editricei
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