Sofonisba Anguissola |
En
una época en la que solo los hombres podían obtener celebridad como pintores,
Sofonisba disfrutó de una gran fama. No
obstante no lo tuvo fácil pues a pesar de ello no se le permitió la posibilidad
de estudiar anatomía o dibujar del natural pues era considerado inaceptable
para una señora que viera cuerpos desnudos. Creó un nuevo estilo de retratos de
personajes con poses informales. Su familia y su rostro fueron los
protagonistas más frecuentes de sus obras.
Su
nombre desaparecería en los siglos siguientes de los libros de historia,
llegando incluso a atribuirse sus obras a otros autores, en particular a sus
coetáneos Sánchez Coello y Pantoja de la Cruz.
Nacida
en una familia noble de la ciudad de Cremona tuvo gracias a su padre, una
educación humanística poco frecuente para una mujer del Renacimiento. Su nombre
le fue puesto en honor de la hija de Asdrúbal Giscón, general cartaginés en
Hispania durante la Segunda Guerra Púnica.
A
la edad de catorce años su padre la envió a estudiar con Bernardino Campi, más
tarde continuó sus estudios con el pintor Bernardino Gatti. El aprendizaje de
Sofonisba con artistas locales sentó un precedente para que las mujeres fueran
aceptadas como estudiantes de arte.
Antes de su llegada a España estudió en Roma
llegando a conocer a Miguel Ángel durante dicha estancia. Se dice que Miguel Ángel
le pidió que pintara un niño llorando y ella dibujó un niño mordido por un
cangrejo. A partir de ese momento el genio le daba bosquejos de su cuaderno de
notas para que ella los pintara con su estilo personal.
Será
en 1560, entonces tenía 27 años, cuando es invitada a Madrid para convertirse
en pintora de la corte, además de dama de compañía de la nueva reina Isabel de
Valois, tercera esposa de Felipe II.
Durante este tiempo trabajó muy unida con Alonso
Sánchez Coello y se aproximó tanto a su estilo que inicialmente el famoso
retrato de Felipe II, en edad mediana, fue atribuido a Coello. Ha sido
recientemente cuando se ha reconocido a Anguissola como la autora del mismo.
Felipe II (Atribuido a Sánchez Coello. Autora Sofonisba) |
A la
muerte de la reina Isabel con la que tanto había congeniado, debió de adaptarse
a los cambios que produjo la llegada a la corte de una reina tan austera como
fue Ana de Austria.
Felipe
II confió a Sofonisba la educación de su hija favorita, Isabel Clara Eugenia,
nombrándola su tutora. Su estatus nobiliario y su posición privilegiada en la
corte española facilitó el camino a otros pintores como Rubens y Van Dyck,
protegidos por Isabel Clara Eugenia durante los años en que fue soberana de los
Países Bajos, y que pasarán a la historia no solo como grandes maestros de la
pintura sino como los primeros artistas ennoblecidos gracias a la estima de sus
reyes, sirviendo de precedente para el resto de Europa.
A
los treinta y ocho años, en 1570, Sofonisba contrae matrimonio. Y como había
dispuesto Isabel de Valois antes de morir, le fue otorgada una gran dote
encargándose el mismo rey, por su propio deseo de disponer para ella el enlace
con don Fabrizio de Moncada, príncipe de Palermo y virrey de Sicilia. Cervantes
hace referencia en El Quijote a los Moncada, como una de las familias más
venerada de la nobleza española. Don Fabrizio muere en 1579.
En
1580, tras veinte años de servicio al rey de España, Sofonisba vuelve a Italia
disfrutando de un gran reconocimiento en su propia tierra. Se casa con Orazio
Lomellino, un capitán de barco mucho más joven que ella, estableciéndose en
Génova donde pudo tener su propio estudio. Continuará pintando hasta la
increíble edad de noventa años. Unas cataratas la dejarán prácticamente ciega.
Un
total de cincuenta obras han sido atribuidas a Sofonisba. Su retrato de Isabel
de Valois con una piel de marta cibelina fue el retrato más copiado en España.
Entre estos copistas se incluye a Pedro Pablo Rubens.
Sus
pinturas son vibrantes y llenas de vida. Por algo dijo en cierta ocasión: “La
vida está llena de sorpresas; intento capturar estos preciosos momentos con los
ojos bien abiertos”. Su trayectoria
vital y profesional la convirtió en una mujer pionera.
En
la celebración del centenario de su nacimiento, su viudo colocó una inscripción
en su tumba:
“A
Sofonisba, mi mujer… quien es recordada entre las mujeres ilustres del mundo,
destacando en retratar las imágenes del hombre… Orazio Lomellino, apenado por
la pérdida de su gran amor…”
Fuentes:
Wikipedia, la enciclopedia
libre.
Exposición: Mujeres con
Historia. Expohistoria 21. Un recorrido por la apasionante vida de veinticinco
mujeres.
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