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sábado, 5 de julio de 2014

El Puente de Alcántara


Foto: Ángeles Alonso

“Pontem Perpetvi Mansvrvm in secvla mvndi”
“Este puente durará mientras dure el mundo.”

Esta frase está grabada en el dintel del templo situado en la margen izquierda del puente.


El puente romano de roca granítica construido entre los años 104 y 106, cruza el río Tajo, en la localidad cacereña de Alcántara. Qantarat as-Saif fue su nombre árabe y significa: Puente de la Espada.

… La gente de la ciudad contaba una leyenda sobre esa espada…, muchos siglos atrás, Rodrigo, el rey godo de Toledo, había llegado huyendo de los moros a Alcántara donde murió por una traición. Su cadáver fue llevado a Viseu y enterrado allí. Pero su espada fue colgada del arco más alto del puente, a una altura inalcanzable desde el río. Allí había sobrevivido a los tiempos…

“El Puente de Alcántara” de Frank Baer
Templo romano. Foto: Ángeles Alonso

Otra versión señala:
sobre el puente hay una alta torre de cuarenta codos de altura. En el remate de esta torre y entre sus sillares, hay uno donde se halla embutida una espada de metal. Cuando se intenta tirar de la espada solamente sale unos tres palmos  y no se la puede extraer más. Cuando se suelta la espada, vuelve ella de nuevo a introducirse rápidamente en su vaina. 


Subida antigua Mezquita.
Foto: Ángeles Alonso
El Puente de Alcántara se construye en una vía secundaria que a la altura de Norba (Cáceres) se separa de la Vía de la Plata, para partir hasta Conimbriga (Coimbra); punto desde donde se podría ir hacia Olisipo (Lisboa), al sur o a Brácara Augusta (Braga), al norte. Siempre dentro de la provincia de Lusitania. Es una obra de ingeniería única en el mundo por sus dimensiones, estado de conservación y uso continuado durante casi dos mil años.


Arco en el Puente. Foto: Ángeles Alonso 

El conjunto consta de tres elementos: puente, arco y templo. El puente tiene seis arcos de desigual altura, que descansan sobre cinco pilares. Su longitud es de 181,7 metros y su ancho es de 8,6 metros.  En su centro hay un arco de triunfo llamado de Trajano que tiene una altura de diez metros.

A los pies del puente está el templete romano dedicado a Cayo Julio Lacer, aquí enterrado. Fue cristianizado en la Edad Media con el nombre de San Julián.  Debido a ello se le añadió una espadaña y una cruz apoyada sobre cuatro calaveras de granito.

Una inscripción en el centro del puente indica que fue construido en honor al emperador Trajano, nacido en Hispania. Otra inscripción nos dice:

Consagrado al emperador Nerva Trajano, César Augusto, Germánico y Dacico.

Templo en la roca del Tajo lleno de los supremos dioses y del César donde el arte se ve vencido por su propio objeto.

Quizás la curiosidad de los viajeros a quienes la novedad complace se pregunten quién y por qué lo hizo.

Lacer fue quien edificó este enorme puente con su vasta mole, y rindió así honor y satisfacción a los dioses.

Quien construyó el puente y a la vez dedicó los templos se redimió a sí mismo, a menos que los votos complazcan por sí mismo a los dioses.

Lacer famoso por su divino arte, hizo el puente destinado a durar por siempre en los siglos del mundo.

Él mismo levantó este templo a los divinos Romuleos y a César.

Por ambas cosas, su obra es merecedora del favor celestial.


Por su situación fronteriza ha tenido una vida bastante agitada:

En 1213 fue parcialmente destruido por los musulmanes.

En 1475 en las luchas de Castilla y Portugal se salvó gracias a la gallardía de Alfonso V, el rey portugués.

En 1543 Carlos I recompuso el punto desfigurando el perfil del arco central, coronándolo de almenas.

En 1707, durante la Guerra de Sucesión, se destruye el arco de entrada de poniente.

En 1778 Carlos III lo mandó a restaurar.

En 1809, el segundo arco, fue destruido durante la Guerra de Independencia contra las tropas napoleónicas.

En 1860 Isabel II lo reconstruye.

En 1969 para construir el embalse de Alcántara se procede a la reparación de una de las pilastras.

Puente de Alcántara
               Foto: Ángeles Alonso


Se dice que el Puente de Alcántara sobre el río Tajo, no aparecía ante los ojos hasta que no se había dejado atrás el último recodo del camino y su visión cortaba el aliento a cualquiera.
Construcciones época napoleónica
Foto: Ángeles Alonso 



Frank Baer, periodista y escritor alemán, publicó “El puente de Alcántara” en 1961. Su libro se ha convertido en un clásico. Es una de las novelas que mejor retratan la España de las tres culturas. Comienza en 1064 y narra a través de un poeta musulmán, un médico judío y Lope un escudero cristiano, el principio y el fin de la tolerancia y convivencia pacífica entre las tres religiones. Se encuentran en Barbastro más los caminos de los tres se separan y años después el poeta es un gran visir y el escudero está enamorado de la hija del médico judío, pero los sucesos de una noche infausta en el puente de Alcántara hicieron de él una persona distinta. El famoso puente no aparece hasta algo más de la mitad de la obra.

El 13 de agosto de 1924 se declara Monumento Nacional al conjunto arquitectónico del Puente, el Arco de Triunfo y el Templo de Alcántara.

      

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