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martes, 30 de septiembre de 2014

Malena Teigeiro: Conversaciones con el Juez: La fea - Cacería - La tristeza






 La Fea



         Era fea. Terriblemente fea.  Era tan fea que ella misma decía que no tenía nada que agradecerle al Señor. Y eso no está bien. Y el Señor enfadado puso en mi mano una pistola y ya se sabe, el que coloca armas en manos de un inocente… Porque lo que es yo no lo quería ningún mal, si hasta me había casado con ella. Y si yo solo fui la mano armada del Señor, no comprendo, señor Juez, por qué me traen ante usted acusado de asesinato.


 Cacería


         Andaba dando saltos entre tomillos y romeros a pesar de que le dije que era peligroso recoger hierbas medicinales durante las cacerías. Y como resulta que últimamente le puse los cuernos en alguna que otra ocasión, pues la confundí con una cervatilla.

Total, que para hacerle el cuento corto, vi un movimiento entre unas matitas, apunté, disparé, y qué quiere que le diga señor Juez, sin ninguna mala voluntad, le di en la mitad de la osamenta.



 La tristeza



         Había llovido y el pantalán estaba húmedo. Ella resbaló y viéndola en el suelo, la empujé con la punta del pie un poquito. ¡Le gustaba tanto bañarse en el mar!
Me dio mucha tristeza, señor Juez, ver cómo con su muerte se fue al traste nuestro paseo.



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