…..y entró la luz de septiembre,
viró la cruz de los vientos,
y la mañana de agosto,
nos dejó sobre el alero
el latido del otoño
que ya incubaban los cerros…..
y que bajaba despacio,
pegándose desde el pelo
-como la arena mojada-
a la piel de nuestros huesos….
y ya no sirvió de nada
que subiera el sol al cielo,
tiñendo el mar de turquesa
encalando los veleros……
que, como cada verano
-obedientes e indefensos-
saldremos a las terrazas
a
encarar como valientes
la nostalgia y los recuerdos,
seguros que de esta muerte,
también saldremos ilesos
y que el verano que viene,
tampoco dolerán menos
este nudo en la garganta
esta punzada en el pecho….
A Denia por Mª Luisa González se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
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