Querida madre:
Te escribo para decirte
que me haces falta. Mucha, madre, más de lo que te puedas imaginar. Ya sé que
estás en el Balneario para calmar tus nervios, pero viene otro hijo en camino y
van quince.
Mi querido esposo es un
maestro en su oficio, pero parco en su producción y cuando no está a mi lado me
paso el día vigilándole, por si acaso, entra sin querer queriendo en la taberna
o en el prostíbulo.
Los criados cada día
peor. No toman iniciativas y me preguntan constantemente qué pueden hacer de
comida con la despensa vacía o con qué ropa vestir a los niños. Me abruman con
su ineptitud en el estado en que me encuentro.
¿Podrías venir a poner
orden en este… caos? ¿Podrías pagar las deudas que se acumulan en el escritorio?
¿Podrías…?
Ven madre por favor.
Ésta, tu casa, te reclama. La espera se me hará interminable. Mientras tanto, te
envío mi corazón que dejará de latir como tardes más de la cuenta.
Tu amorosa hija.
Catalina
© Marieta Alonso
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¡Menuda ineptitud de hija! Mil besos
ResponderEliminarPara algunas cosas. Para traer hijos al mundo se daba buena maña.
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