Foto: Laura Cabezas |
Dame un caballo… para fusionar mi alma
con su alma, y explorar juntos, nuevos horizontes mundanales.
Dame un caballo… para volver a sentir que
estoy viva, que respiro y siento todo cuánto me rodea, a horcajadas sobre su
lomo, con el viento traspasando mis poros y venas. Pureza y pasión, en
plena naturaleza.
Dame un caballo… porque es de vital
trascendencia que desate mi espíritu salvaje de inmediato, si no deseo quedar
sepultada bajo desgarradores recuerdos, resistentes al olvido.
Dame un caballo… para rebasar mis miedos y
vislumbrar mi meta, a modo simbólico, desafiante, indagando en las profundidades más primitivas y
sinceras de mi ser.
Dame un caballo… pues es animal sagrado que me
posiciona en contacto directo con mi Fe.
Dame un caballo… porque deseo depurar mi aura,
junto al mar.
Dame un caballo… para aflojar riendas y
relajar la marcha.
Dame un caballo… para desplegar,
desenfadadamente, mi fuerza de mujer.
Dame un caballo… porque ansío liberarme
de todas y cada una de mis pesadas cadenas, que me sentenciaron prisionera
tanto tiempo atrás.
!Dame un caballo!
!Dame un caballo!
Para enmarcar mi esbozante sonrisa, con su estilizada
silueta... Y no borrarla jamás.
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