Vista aérea del castillo de Bellver (Mallorca( |
Fortificación de estilo
gótico mallorquín. Lo erigió el arquitecto Pedro Salvá, a principios del siglo
XIV, por deseo de Jaime II de Mallorca.
Es uno de los pocos
castillos de toda Europa de planta circular, −único en España− y el más antiguo
de todos. Su estructura combina las necesidades palaciegas con elementos
defensivos. Cuenta con un magnífico patio central donde se ve un brocal de
cisterna que indica que en el subsuelo hay un gran aljibe para almacenar agua, todas
las dependencias dan al patio mediante una galería de arcos góticos; tres torres
redondas y cuatro garitones circulares.
Separada del cuerpo del
edificio pero unida a él por un puente de arco ojival se alza la torre del
homenaje, también de planta circular.
Torre del Homenaje |
Todo ello está elevado
sobre una plataforma a la que se llega atravesando un puente fijo sobre un foso
y un puente levadizo sobre el contrafoso.
A ciento doce metros
sobre el nivel del mar se puede contemplar la ciudad, el puerto, la sierra de
Tramuntana y el Pla de Mallorca. Su nombre significa “Bella vista”.
Juan II de Mallorca
estableció en él su corte, pero sus sucesores no quisieron vivir en él. Fue
ocupado por Pedro IV de Aragón cuando
acabó con la independencia del reino de Mallorca. En él vivió Juan I de Aragón
huyendo de la peste de finales del siglo XIV. Presenció escenas sangrientas
durante la época de las Germanías de Mallorca. Se le preparó después para
resistir los ataques de los turcos, más tarde sirvió de punto de reunión de
condenados a galeras y durante dos años fue hospital de apestados.
Sirvió como cárcel para
los prisioneros franceses de la batalla de Bailén, para presos políticos, el
más famoso y el primero de ellos fue el ministro Gaspar Melchor de Jovellanos
que no perdió el tiempo pues hizo la primera descripción del castillo, así como
una descripción botánica y geológica del pinar circundante, fundando así el
movimiento conservacionista del patrimonio; el general Luis Lacy que allí fue
ejecutado en 1817, carlistas de la primera guerra y el general Arsenio Martínez
Campos.
Lápida que recuerda el fusilamiento del General Lacy. |
La torre del homenaje
tiene unos quince metros de altura sobre la plataforma y su interior es basto y
sombrío. La cámara inferior sin otra entrada que un agujero circular en la
parte superior y que se obstruye con tapadera de piedra, constituía el más
lóbrego de los calabozos.
Hoy, en él se ubica el
Museo de Historia de la ciudad de Palma.
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