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domingo, 5 de junio de 2016

David García Martín: Jaque Mate



Todas las semanas comíamos juntos mi abuelo y yo. Después siempre jugábamos al ajedrez.

Unas veces usaba las blancas. Otras, las negras. La verdad es que poco importaba las que eligiera, al final siempre perdía. Pero hubo un día en que las tornas cambiaron y yo terminé vencedor.

- Jaque mate -dije

Sorprendido mi abuelo miró el tablero.

- No puede ser.

Pero así era y no pude evitar responderle con una sonrisa. La sonrisa de la victoria. Él era endiabladamente bueno, así que yo había tenido un buen maestro.

Hoy, aquellas piezas de ajedrez descansan en un armario. Mi abuelo ya se ha ido, pero yo las guardo, porque sé que llegará un día en que él pueda pedirme la revancha. Entonces volveremos a jugar entre las nubes y solo, el mejor de los dos, terminará diciendo: jaque mate.




© David García Martín

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