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lunes, 7 de noviembre de 2016

Mª Isabel Martínez Cemillán: Fray Andrés de Urdaneta, un pionero de la globalización.

Fray Andrés de Urdaneta







Andrés de Urdaneta, el hombre que unió por primera vez a través del Océano Pacífico, América, Asia y Europa, tres continentes, abriendo una ruta perdurable, nace en Ordicia en 1505. Tras recibir una esmerada formación, a los 17 años forma parte de una expedición ordenada por Carlos V hacia las Islas Molucas

El 24 de julio de 1525, siete naves parten de La Coruña, al mando de Sebastián Elcano y con el joven Urdaneta como aprendiz, un penoso viaje, tan penoso que muchos marineros mueren y el esforzado e inteligente muchacho asciende hasta llegar a Segundo de a bordo y siendo su nave la única que llega a su destino.

En Las Molucas, tan codiciadas e importantes por su riqueza en especias, permanece durante muchos años, hasta regresar a Castilla, donde narra en el Consejo de Indias lo mucho aprendido. Poco después ingresa en la Orden Agustina llevando una vida estudiosa, retirada y austera hasta que en 1559, Felipe II decide organizar una nueva expedición con la orden de que la ruta a seguir deba ser designada por Fray Andrés, diciendo: “Sé que tenéis muchas noticias de aquellas tierras, conocéis los dialectos y entendéis asaz bien  la navegación, sois un buen cosmógrafo, por lo que es de buen efecto que vos fuerais con el mando de los navíos”.

Y es que el rey sabía que Urdaneta conocía perfectamente las traidoras corrientes y los monzones del Pacífico y ordena abandone la paz conventual y se embarque hacia Méjico. Y en Méjico durante cinco años prepara minuciosamente el viaje, busca y recluta a buenos marineros y el 21 de noviembre de 1564, con gran secreto, al mando de Miguel López de Legazpi, parten hacia Filipinas. Un año después fondean en la idílica Cebú, donde toman un merecido descanso.

Pero era preciso regresar a Méjico, un retorno tan difícil que todos los intentos anteriores habían  fracasado, por fin, una sola nave, la San Pedro, al mando “oficial” de Felipe Salcedo, nieto de Legazpi, pero en realidad y a todos los efectos por Urdaneta, utilizando unas coordenadas más al norte, navegando en zigzag en cambiantes rutas, evitando malas corrientes y aprovechando otras, gracias a la gran pericia de fray Andrés, sin grandes problemas, cuatro meses después, el 6 de octubre de 1565, fondean en Acapulco.

Por primera vez en la historia se ha realizado un inédito “tornaviaje”” uniendo Asia y América complementado con el envío a España de las codiciadas y carísimas especias, pimienta, clavo, canela, etc. y sedas, mantones, abanicos, porcelanas, y muchas cosas más en grandes galeones, los llamados “galeones de Manila” creando una importante ruta comercial que se explotaría durante siglos y el primer “intento globalizador”.

Y todo gracias a un sencillo agustino que, a pesar de su magnífica gesta, siempre quiso permanecer en “segundo plano”. Por ello no es demasiado conocido, mucho menos de lo que se merece.





© Isabel Martínez Cemillán.


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